viernes, 22 de enero de 2010

6 mil millones de monos en un gran experimento.

Esta es la historia de cuatro monos (sí, en el título dice 6 mil millones pero esa historia va después) en un experimento. A estos monos los metieron en una jaula, los alimentaban con regularidad y satisfacían todas sus necesidades básicas. Pero en alguna parte de la jaula pusieron una larga escalera que llevaba a un suculento bocado (una banana o algún otro tipo de deliciosa fruta). La escalera permitía el paso de un solo mono a la vez, de modo que cuando uno de ellos comenzaba a trepar por la escalera para reclamar el premio, los experimentadores bañaban con agua helada al resto de sus compañeros.

Los monos son conocidos por ser inteligentes, de modo que no pasó demasiado tiempo antes de que todos ellos se dieran cuenta de que cada vez que alguno de sus camaradas intentaba tomar el bocado al resto le tocaba un castigo. Así que en poco tiempo ya ninguno de los monos intentaba trepar esa escalera, y no precisamente por ser solidario, simplemente porque cuando un mono se acercaba siquiera a la escalera en un instante tenía los otros tres encima dándole una tunda con tal de evitar el castigo.

Pasado un tiempo, y ya con los monos acostumbrados a esta regla, tomaron a uno de éstos monos iniciales y lo reemplazaron por un ejemplar nuevo y joven. Era de esperarse que éste nuevo individuo no conociera las reglas del juego y tan pronto se sintió en su ambiente y vio el bocado se dispuso a alcanzarlo. Pero he aquí que el resto de los monos, los "monos sabios", fueron y le dieron tremenda tunda por intentarlo.

Y pronto el recién llegado se acostumbró a ello, de modo que cuando otro de los monos iniciales fue reemplazado por uno nuevo, el primero de la nueva generación participó gustoso en la iniciación del nuevo mono. Así continuó el experimento, reemplazando cada mono sabio poco a poco por uno nuevo. Y aconteció que para cuando los cuatro monos sabios (los iniciales) ya no estaban y solo quedaban los individuos nuevos, éstos siguieron haciendo el ritual, a pesar de que para ese momento la manguera de castigo ya había sido retirada del experimento. Y en realidad a esas alturas ¿para que querían los investigadores la manguera? Ninguno de los monos intentaría alcanzar el bocado, porque en esa comunidad primitiva se había formado un axioma, y los axiomas muchas veces son mas fuertes que cualquier razón.

No recuerdo cuando ni donde leí esta historia. Tampoco recuerdo si fuera cierta o fue simplemente una fábula con un toque humorístico. Lo unico que sé es que esta historia es una analogía perfecta de lo que hace el hombre. Porque aquí estamos nosotros, 6 mil millones de monos en un gran experimento, sintiéndonos superiores a esos cuatro primates subdesarrollados de la historia. Y sin embargo, cuando alguien estornuda decimos "salud", y no subimos los codos en la mesa, y le decimos ramera a una mujer inteligente y responsable que tiene varias parejas, y siempre que podemos preferimos comprar ropa cara (probablemente hecha en Asia por unos niños en condición de esclavitud), y solo porque tiene una palomita o algún otro logotipo idiota por ahí cosido.

Es triste que nuestra sociedad "civilizada" este compuesta en su mayoría de gente incapaz de diferenciar un axioma de una razón, pero lo que es aún mas triste, es que mucha de esta gente lo hace porque prefiere olvidar su lugar en la naturaleza (el de un ser pensante capaz de romper sus cadenas y trascender a su entorno) y comportarse como idiota para poder seguir el camino fácil. Einstein fue una de las mas grandes mentes del siglo XX, no es casualidad que lo viéramos siempre vistiendo desaliñado y con ese peinado que le daría su toque distintivo. Porque él, como toda la gente verdaderamente pensante, sabia que los axiomas sociales son solo eso, axiomas, y su verdadero valor como persona estaba en lo que podía aportar al mundo.

Una vez vi en la T.V una entrevista a la editora de una importante revista de modas. Lo que dijo fue mas o menos así "lo que admiramos del diseñador Jotazo Mariconazo es que para cierta temporada lanza un nuevo estilo, y cuando todos apenas nos estamos acostumbrando a ello de repente sale con algo totalmente distinto y nos muestra un nuevo camino a seguir". Es por eso que cuando veo esa gente admirando una pasarela de modas no puedo sentir mas que asco. Asco, porque ¿que es la moda, sino axiomas?

Y es por eso mismo que siento tristeza por alguien que se está iniciando en el hábito de fumar. Tristeza, porque no hay nada que los diferencie de esos monos en el experimento. Porque no hay buenas razones para empezar a fumar, digan lo que digan. Y no hay razón para seguir un axioma sin preguntase si tiene una razón de ser. Y aquí volvemos a Einstein, porque él a pesar de ser un genio siempre fue una persona amable y agradable. Porque el ser amable es un axioma, sí, pero uno que engrandece al individuo y que hace éste un mundo mejor. ¿Cuantos más en esta sociedad han puesto en duda cada uno de los axiomas que les han enseñado?, lamentablemente, muy pocos.

Es triste que tras el largo camino que recorrimos como especie para llegar a donde estamos, al final muchos hayan decidido simplemente dar marcha atrás. Éso es involución, y debería ser la peor vergüenza.

"La gente va muy bien para vencer obstáculos,
para darnos sorpresas,
recobrar la memoria
y emplear la cabeza
para cambiar la historia
y unidos buscar el camino que lleva al Edén..."

- Joan Manuel Serrat.



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