Pues claro, el sol es muy malo. Hace que los jóvenes estudiantes vayan a tomar el fresco en los jardines, que se pongan a platicar cómodamente al son del dulce cantar de las palomas, que se reúnan alrededor de la fuente cual lagartijas y que se olviden de lo verdaderamente importante.
Miren ustedes, hoy fue un día maravilloso: lluvia ligera desde las 6:00 a.m (con un frío que daba gusto) y hasta que se puso el sol. Mi facultad casi parecía una institución educativa respetable. Los alumnos, a falta de espacios para perder el tiempo, mejor se fueron a sus clases o a la biblioteca, y una vez ahí, con un profesor hablando o con tantos libros a la mano es difícil no aprender algo.
Así no es difícil explicar porque países como Inglaterra o Noruega han alcanzado el éxito. Rodeados por un ambiente hostil y con nada que disfrutar del mundo exterior, los normandos buscaron refugio en la única llama que puede dar calor hasta en el mas crudo de los inviernos: el calor del conocimiento (los que dijeron que el amor se van a quedar a limpiar la pizarra).
Lo que deberíamos hacer es mudarnos todos a Groenlandia y dejar este país administrado como un enorme parque de ecoturismo, así matamos dos pájaros de un tiro (dos pájaros, no hay error):
1) Dejamos de ser una bola de subdesarrollados.
2) Dejamos de joder el país.
3) Sacamos mogollones de dinero con el turismo.
Lo único difícil del plan es hacer que los colegas de Groenlandia nos acepten viendo como tenemos al país. Oigan, seguro que si les explicamos detalladamente y les ofrecemos atractivas promociones para entrar en Mexicolandia en un un futuro cercano, muy probablemente votan mayoría a nuestro favor.
Incluso podemos aprovechar para darle vacaciones permanentes a nuestros políticos dejándolos aquí como clientes VIP. Se darán vida de reyes sin hacer nada, igual que ahora, pero al menos ya no van a andar metiendo su cuchara.
Voten SÍ a la propuesta 29.
Ah... la propuesta 29 es ésta, la que acabo de decir. O sea, voten SÍ para que nos vayamos todos.
Fin del comunicado.
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