martes, 25 de diciembre de 2012

Lógica para progresistas: el alcoholímetro.


Imagína que un dia estas tomando un agradable paseo en la avenida Pinos Fritos cuando de pronto oyes gritos. Al voltear, notas con preocupación que ha comenzando un incendio en una casa. El fuego se extiende, y en pocos minutos ya ha ocupado todo el piso inferior. Desde la ventana del segundo piso unas personas gritan desesperadas, pidiendo ayuda. A los pocos segundos oyes varias sirenas de bomberos cada vez más cerca. Menos mal, -piensas- ya llegó la ayuda necesaria.

Pero no. Los camiones de bomberos se detienen con toda calma en la cuadra de al lado. A continuación, eligen al azar algunas casas de dicha cuadra, rompen con un hacha las puertas, y entran para checar la instalación eléctrica, asegurarse de que no hay llaves de gas abiertas, ni niños jugando con cerillos. Una vez que se han asegurado de que todo está en orden, salen de la casa, y se largan para continuar con sus chequeos rutinarios. Entran a la casa de al lado, y tras una hora de inspección, remiten a unos padres por usar foquitos de navidad de mala calidad para iluminar su arbol, poniendo en riesgo su vida y la de sus hijos.

Una hora después llega la ayuda a la casa en llamas. Apagan lo poco que todavía estaba ardiendo, y acto seguido, llegan los servicios forenses a sacar los cuerpos calcinados de sus residentes. Al dia siguiente el departamento de protección civil ofrece un comunicado a la prensa:

"La mayoría de los incendios son causados por instalaciones eléctricas defectuosas, cigarros encendidos y niños jugando con cerillos. Los incendios aumentan en ésta época navideña porque se usan foquitos de navidad de mala calidad que terminan incendiando el árbol navideño, un producto altamente inflamable. Porque la prevención es lo más importante, hemos habilitado una unidad de especial de prevención, compuesta por 200 bomberos que se encarga de realizar operativos casa por casa para detectar a tiempo señales de peligro y evitar tragedias como la de la avenida Pinos Fritos."

No mencionan que para hacer sus mentadas revisiones tienen que violar la propiedad de ciudadanos pacíficos. Que personas que no han hecho daño alguno a nadie, son privadas de su libertad porque "podrían" haber causado un incendio. Que siguen habiendo incendios en la ciudad y que gracias a sus inteligentes operativos, hay menos bomberos apagandolos. Concretamente, 200 bomberos, que ahora se dedican a "prevenirlos", como si antes de que empezara todo esto no tuvieran suficiente trabajo nada más con apagar los que ya habían.

Cualquier persona se daría cuenta de lo increíblemente estúpido que resultan estos operativos. Pero cuando se trata de alcohol al volante, todo cambia mágicamente.

De pronto ya está bien que se viole la libertad de tránsito de las personas (secuestro, para fines prácticos) para interrogarlas y hacerles pruebas de alcoholemia. De pronto ya está bien remitir a un borrachin que iba a 20 Km/h con las intermitentes, y que no le ha hecho daño a nadie, pero que "podría haberlo hecho" (como si no hubiera gente sobria que maneja mil veces peor). De pronto ya está bien que se dejen de perseguir crímenes de verdad como robos, violaciones y homicidios, para perseguir borrachos a las afueras de un bar. Total, esta ciudad es tan segura, que esos crímenes violentos no se dan, de modo que podemos darnos el lujo de prevenir el delito, en lugar de combatirlo.

Y así es como llegó el operativo navideño al DF, y todos como si nada.



Nota: Que quede claro que pocas cosas me cagan más en la vida que los malacopas, entre los que se incluyen los más repulsivos y peligrosos de todos: los gilipollas que insisten en manejar ebrios. No tengo ninguna simpatía por esa gente, y no tendría problema alguno con que mueran estampados contra un árbol. También me cagan los reguetoneros, los considero individuos peligrosos, pero no por eso voy por ahi pidiendo que los encierren porque son un peligro potencial para otras personas y para ellos mismos. A una persona que provoca un accidente estando bajo los efectos del alcohol, se le debe juzgar exactamente igual que cualquier otra. Manejar drogado o bebido no debería ser un agravante, como no resulta un agravante manejar siendo un gilipollas.

lunes, 6 de agosto de 2012

Las tres fuentes del derecho (Parte V): Los que traicionaron al iusnaturalismo.


En la entrada anterior mencionamos algunos derechos iusnaturalistas, vale la pena volver a mencionarlos:
1. Derecho a la vida.
2. Derecho a la propiedad.
3. Derecho a la legítima defensa.
4. Libertad de acción.
5. Libertad de asociación.

Todos son derechos negativos, es decir, derechos que se pueden garantizar simplemente negandole a otras personas actuar contra ti (no debe confundirse el adjetivo negativo en sentido pesimista, sino estrictamente en el sentido lógico relativo a la negación). En contraste, los derechos positivos son aquellos que requieren la actuación de otras personas para poder garantizartelos, por ejemplo, el derecho a la salud requiere que un médico actúe en tu beneficio. Esto tiene una importancia fundamental: los cinco derechos que mencionamos al principio (junto con el resto de derechos negativos), siguen siendo garantizables (y más aún) si estuvieras en una isla desierta. En cambio, si sufres una lesión en una isla desierta, ¿quien te va a garantizar el derecho a la salud? Si estas muriendo de hambre, ¿quién te va a garantizar el derecho a un salario justo? Si estas muriendo de frío, ¿quién te va a garantizar el derecho a una vivienda digna? Pero incluso si tienes el derecho a la salud, resulta que sufriste una lesión, y tienes la suerte de que hay un médico disponible, ¿está obligado a curarte? ¿y si intentas obligarlo contra su voluntad no entraría esto en conflicto con la libertad de acción y asociación del médico?

En un sistema legislativo (sea cual sea), no deben existir leyes ni derechos que entren en contradicción unos con otros (por la sencilla razón de que no tiene valor una legislación que juzga a alguien inocente y culpable al mismo tiempo). Si el médico está obligado a curarte, entonces éste no tiene verdadera libertad de acción. Si alguien más tiene que garantizarte una vivienda, entonces quien te la garantizó no tiene verdadero derecho a la propiedad. Si alguien más debe morir para que tú vivas, entonces quien muere no tiene derecho a su vida. Si queremos imponer el derecho a la salud, a un salario justo y a una vivienda digna, entonces debemos sacrificar los derechos naturales. Pero sacrificar los derechos naturales es ir en contra de nuestra naturaleza humana, y esto quiere decir que estamos sacrificando la paz a favor de la violencia, la racionalidad a favor de la irracionalidad, y la producción a favor del saqueo. A los defensores de los derechos positivos les encanta hablar de la naturaleza social del ser humano para justificar la solidaridad impuesta y el robo institucionalizado, es decir, que usan el Derecho Natural solo en la parte que les conviene, pero no van más allá. No dicen que, además de la naturaleza social, habría que aceptar la naturaleza irracional del ser humano para justificar sus leyes. Pero eso no importa, porque al declarar implícitamente la naturaleza social, carroñera, violenta e irracional del ser humano, y legislar de acuerdo a ello, eso es precisamente lo que obtenemos: una sociedad que se pudre en el saqueo, la violencia y la arbitrariedad. ¿Tiene todo más sentido ahora?

Justificar a través del Derecho Natural el sistema y leyes que rigen en el mundo actualmente, requeriría una visión del hombre como un ser de naturaleza monstruosa, como un animal irracional, violento y ladrón. Y esta visión, desde luego, no le es útil ni a los estatistas, ni a los demócratas, ni a los socialistas para ganarse el apoyo de sus congéneres (por más que sea justamente esa su visión del ser humano). Si un estatista intentara justificar la prohibición de armas (mientras exalta el monopolio estatal de la violencia), los servicios gubernamentales (como educación, sanidad, energía, etc) y los impuestos mediante Derecho Natural, algo como esto tendría que decir:

- Que somos unos seres violentos, y que por lo tanto debemos estar desarmados y ser constantemente vigilados y controlados por las fuerzas del orden (con lo que justifica el desarme del ciudadano y el monopolio gubernamental de la violencia).
- Que somos unos seres irracionales, y por lo tanto no estamos en capacidad de manejar nuestro propio dinero, lo que hace necesaria una autoridad que lo maneje por nosotros de la manera más adecuada a nuestros intereses (con lo que justifica los servicios "públicos").
- Que somos unos seres carroñeros, y que es parte de nuestra naturaleza robar a nuestros congeneres, lo que justifica que el aparato estatal haga lo propio y, en nombre de nuestro propio bienestar, controle la manera como robamos nosotros (lo que justifica los impuestos).

Notemos que, al final, el gobierno no prohíbe robar, simplemente impone controles y protocolos al robo, de modo que quien ingresa al sector gubernamental (y al sector privado que tiene cables con el gobierno) puede disponer de la propiedad de otras personas por métodos violentos y de manera legítima. Viéndolo así, no es raro que los gobiernos (y sus aliados) hagan todo lo posible por minimizar al Derecho Natural, silenciarlo y hacerlo caer en el olvido. Precisamente porque el iusnaturalismo no les hubiera permitido justificar el poder animal que buscaban, tuvieron que encontrar otra plataforma jurídica que justificara sus actos. Y ahí es donde entró el positivismo jurídico.

Con el positivismo jurídico, la ley ya no era el medio, sino el objetivo. La ley de pronto se justificaba a sí misma, lo que le daba la via libre a todos los que pudieran ingresar al aparato legislativo, para hacer de ella un arma y usarla en su beneficio. Los defensores del positivismo jurídico no tienen empacho en aceptar que incluso el derecho más básico (el derecho a la vida), no es tal en tanto tu gobierno no se suscriba a los tratados internacionales de derechos humanos. Esto quiere decir, que si vives en Ruanda, pero Ruanda no se ha suscrito al tratado, entonces no tienes derecho a la vida, ni a la libertad, ni a nada, es decir, que eres una simple hormiga que el gobierno puede sacrificar en cualquier momento. Bajo el positivismo jurídico, tus derechos no son más que una dádiva que te da el gobierno, y a quien al parecer deberías estar muy agradecido por no aplastarte.

Tras la revolución francesa, cortadas las cabeza de los reyes, la élite tuvo que refugiarse en una de las últimas opciones: ceder algo de poder al individuo (democracia) para recuperarlo después (partidocracia). Hoy, no hay mucha diferencia entre un político y un noble de los que caminaban arreglados y perfumados por Versalles. Fueron los nuevos monarcas (gobernantes, alcaldes, presidentes, etc), quienes se dieron cuenta mucho antes (y mucho mejor) que nosotros, que esto no se trataba de una simple discusión filosófica sin alcances más allá de un aula mohosa, sino de toda la estructura de poder y corrupción que creció y se afianzó alrededor del Estado.

No sorprende entonces que los gobiernos de todo el mundo hayan combatido con rabia al iusnaturalismo. Lo que en cambio sí resulta sorprendente (al menos en un principio) es el apoyo por parte de la gente de a pie hacia el iuspositivismo. No es raro escuchar a la gente (sobre todo a aquellos de sectores denominados "progresistas") decir que tienes derecho a tu propiedad solo si el interés público no requiera esa propiedad para algún iluminado objetivo (de ahí a decir que tu vida es condicionada al interés público, solo hay un paso). Desde luego, se les olvida que quien va a fijar los criterios de qué cosas resultan de interés público, son justamente los gobiernos. Uno esperaría que el ciudadano común, aquél que no goza las ventajas de pertenecer a la élite gobernante, fuera un férreo defensor de la seguridad jurídica que brinda el iusnaturalismo, que estuviera consciente de que son precisamente los gobiernos los que van a intentar violentar el derecho de otras personas, y que por lo tanto no es precisamente una buena idea dar al gobierno el poder de la ley (poder que le es garantizado bajo el iuspositivismo).

Sin embargo, lo que en un principio resulta sorprendente, no lo es si consideramos la enorme maquinaria de propaganda, confusión, manipulación y adoctrinamiento que desplegaron los gobiernos para tales fines, junto con los incentivos adecuados para hacer a la gente abandonar su propia seguridad jurídica. Después de todo, no es difícil convencer a la persona X de que renuncie a su derecho a la propiedad, bajo la promesa de que el gobierno, a cambio, violentará la propiedad de la persona Y para dársela a X. Por supuesto, de lo que no se dio cuenta X, es de que el gobierno hace exactamente la misma propuesta a Y, de modo que a continuación el gobierno roba a X para dárselo a Y. Así que que si tanto X como Y tenían 100 gallinas cada uno, lo que sigue es que el gobierno le quita 60 gallinas a X y le da 45 a Y, y a continuación le quita 50 a Y y le da 40 a X, con lo que al final X se queda con 80 gallinas, Y con 95 y el gobierno con 25 gallinas.

Sonaría a que se requiere un nivel de imbecilidad extremo para no darse cuenta de tremendo fraude, pero no olvidemos que no son gallinas de lo que estamos hablando, sino de salarios, predial, impuestos progresivos, IVA, fondos para el retiro, educación y salud públicas, carreteras, concesiones, etc, etc, etc. Y todo metido y revuelto de una manera tan enredosa que al final nadie sabe exactamente cuánto le robaron y cuánto recibió, pero cada uno cree que ha logrado chupar de los demás un poco más de lo que los demás le han chupado (ese es al final el mayor incentivo para renunciar a los propios derechos: pensar que renunciando a ellos, podrán obtener más de lo que hubieran obtenido conservándolos). Pero si bien los seres humanos pueden violar la Ley Natural y engañar a sus hermanos, no pueden hacer lo mismo a la naturaleza. Precisamente por ser la naturaleza un juez incorruptible, esta terminará castigando a toda sociedad que decida alejarse de las leyes que ella misma impone. Sí, hemos sido juzgados, y castigados, y la pena por transgredir la Ley Natural es vivir en nuestra sociedad actual y estar a merced de las peores personas.

No hay nada más alejado del iusnaturalismo (y de la libertad que brinda) que el sistema actual, por más que los defensores de nuestro sistema podrido griten que aquí rige el capitalismo salvaje ultraliberal y que la libertad ha fracasado. Su lucha es una lucha absolutamente consciente por eliminar lo que nos queda de derechos, y en esta batalla, van ganando con nuestra silenciosa aprobación. Estamos regresando tan rápido a la era de los reyes, que cuando nos demos cuenta de las verdaderas intenciones detrás de todo el discurso político progresista, ya va a ser demasiado tarde para nosotros. Lo único que nos brinda esperanza es que seguimos siendo seres humanos, y debido a eso, el iusnaturalismo no puede morir. Solamente seguirá castigando al hombre, y esperará el día en que volvamos a estar listos para escucharlo.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Las tres fuentes del derecho (Parte IV): Las leyes del iusnaturalismo.


En la entrada anterior acordamos la base para una construcción racional de las leyes iusnaturalistas, que es, en resumen, la naturaleza racional, social, pacífica y productora del ser humano. Viene la parte más difícil, ¿que ley o leyes son las más acordes con dicha naturaleza? Mencionemos algunas:

1. Que todo hombre tiene derecho a dirigir su propia vida de acuerdo a los criterios que considere convenientes.
2. Que todo hombre tiene el derecho a asociarse con las personas que considere adecuadas.
3. Que todo hombre tiene el derecho a disponer de aquello que produce.
4. Que todo hombre tiene el derecho a defenderse de quien inicia la violencia.

El punto 1 es consecuencia directa de nuestra naturaleza racional. Si fueramos irracionales, necesitaríamos quién nos salvara constantemente del peligro y de la muerte. Nuestra naturaleza racional nos dice que estamos capacitados para vivir, eso es, para dirigir nuestras vidas de acuerdo a lo que consideremos más conveniente.

El punto 2 es consecuencia de nuestra naturaleza social y del punto 1. El hecho de que estemos capacitados para interactuar con nuestros congéneres nos da la libertad de buscar su compañía. El que seamos racionales nos da el permiso de elegir la compañía que consideremos adecuada. Notemos que un niño es un ser social, pero no es absolutamente racional, y es por esto que no podemos dejar a su criterio con qué personas se asocia.

El punto 3 es consecuencia de nuestra naturaleza productora y del punto 1. El quitar a un ser humano aquello que produce para darle un uso que no aprueba, requiere negar su capacidad racional, es un equivalente a decirle "has producido un bien, pero tú no tienes la capacidad de juzgar cuál es el mejor uso que se le puede dar, y por lo tanto, no tienes derecho a usarlo como a ti te parezca". El punto 1 es esencial. Un brazo róbotico en una fábrica de autos, tiene también naturaleza productora, pero no racional, y es por eso que el brazo robótico no puede decidir qué uso se le va a dar a lo que produce.

El punto 4 es consecuencia de nuestra naturaleza pacífica y del punto 1. Un ser humano que no tuviera el derecho a defenderse de una agresión, no tardaría en ser víctima de quienes intentan violar sus derechos. El inicio de la fuerza nunca está justificado, pero el uso de la fuerza en defensa de una agresión previa sí que lo está. Más aún, su naturaleza racional nos dice que el ser humano es perfectamente capaz de hacer juicios de valor, y que por lo tanto, éste puede hacer uso de la legítima defensa. Quien no le permite defenderse de un agresión, le está diciendo "tu naturaleza pacífica te da derecho a no sufrir daño, pero tú no sabrías cuál es la defensa más adecuada a tu agresión, y por lo tanto, debes dejarle ese trabajo a alguien más", con lo que le está diciendo "ser racional no está en tu naturaleza".

Hasta ahora, habíamos hablado de su naturaleza racional, social, pacífica y productora. Pero notemos que esas son características psicológicas. El ser humano también tiene una naturaleza física. Para empezar, es un ser vivo, de modo que hacer cualquier cosa que atente contra su naturaleza de ser vivo, es también un delito de acuerdo a la ley natural. El ser humano tiene el derecho a su vida, por la simple razón de que es un ser vivo. En ese sentido, la agresión física va no solo contra su naturaleza pacífica, sino también contra la propia naturaleza de ser viviente.

De modo que llevamos hasta ahora 5 derechos y libertades del ser humano que, curiosamente, son todos derechos negativos:

1. Derecho a la vida.
2. Derecho a la propiedad.
3. Derecho a la legítima defensa.
4. Libertad de acción.
5. Libertad de asociación.

Hay más derechos que se pueden mencionar, desde luego, pero lo importante es que cada uno debe ser adecuadamente justificada de acuerdo a la naturaleza del hombre. El hecho de que el 90% de la población diga que tiene derecho a un salario digno, sin justificarlo de acuerdo a la naturaleza del hombre, no puede ser (de acuerdo al iusnaturalismo) una fuente de derecho, porque del mismo modo, el 90% de las personas podría decir que tiene derecho a vivir libre de judíos y mandarlos a campos de concentración (cosa perfectamente válida de acuerdo a los defensores del Derecho Consuetudinario). Por otra parte, el hecho de que un legislador apruebe una ley que te obliga a ceder todos tus bienes al gobierno tampoco es fuente de derecho, porque del mismo modo, un legislador podría aprobar una ley que diga que los judíos deben dirigirse a la brevedad a su campo de concentración local para ser gaseados (cosa perfectamente válida de acuerdo a los defensores del Derecho Positivo).

La Ley Natural actúa entonces como la primera guardiana del ser humano, y sin embargo, son pocos los que actualmente la defienden (e incluso hay quien la ataca abiertamente), ¿por qué será eso? De los enemigos del iusnaturalismo, y su campaña para regresar a la Edad Media, hablaremos en la siguiente (y última) entrada de ésta serie.

Continuará...

viernes, 27 de julio de 2012

Las tres fuentes del derecho (Parte III): La naturaleza del hombre.


En la entrada anterior hablamos del Derecho Natural, aquel que el ser humano debe respetar si quiere vivir de acuerdo a su naturaleza.

Volvamos a hacer incapie en el concepto de "naturaleza humana". De toda la teoría del Derecho Natural, este es el concepto más polémico, y el principal argumento en contra de éste, pues existen opiniones fundamentalmente distintas de lo que es. ¿El ser humano es en su esencia racional o irracional? ¿es solitario o es social? ¿pacífico o violento? ¿productor o destructor?

Dios del cabo artemisio,
escultura griega en bronce.
Pero seamos claros: que exista desacuerdo sobre cuál es la naturaleza del Hombre, no quiere decir que ésta no exista. El Hombre tiene una naturaleza, y si aún no la conocemos, es nuestro deber encontrarla. Que no conociéramos las leyes que rigen la atracción de los cuerpos no impidió que las buscáramos mediante teoría y experimentos, y que fuéramos encontrándolas poco a poco. Pero incluso hoy, no tenemos todas las respuestas en la física, ¿es esto motivo para dejar de buscarlas? ¿es motivo para abandonar la ciencia y regresar al misticismo de la religión? La naturaleza del Hombre será la base axiomática de nuestra teoría. Una vez que esta quede determinada, las leyes del Hombre (Leyes Naturales) serán únicas. Ahora bien, ¿cual es la opinión general de los iusnaturalistas (los defensores del derecho natural) acerca de la naturaleza del ser humano?

¿Es racional o irracional? RACIONAL. El ser humano vive gracias a su mente. La naturaleza no le dio al Hombre garras, ni una visión notable, ni una piel gruesa, ni velocidad, ni buen oido u olfato, ni fuerza. Somos la especie más exitosa del planeta, y sin embargo, puestos desnudos en una competencia contra prácticamente cualquier otro depredador, nos veríamos indefensos, siendo que el hombre es también un depredador. No, el ser humano no goza de esas adaptaciones, y tampoco las necesita, porque tiene su mente. Es la mente la adaptación natural que el ser humano usa para sobrevivir (no es la única, desde luego, pero es la principal). El ser humano debe pensar, porque no puede atrapar a una gacela a base de velocidad, fuerza bruta o cualquier otra adaptación. Pero notemos que una mente irracional no sobreviviría por sí sola. Un ser humano que piense que la presa va a llegar directo a su hoguera, o que el león que se dirige hacia él cambiará de dirección en el último momento, no vivirá mucho tiempo. Para sobrevivir, no solo debemos usar todo el poder de nuestra mente, sino que debemos canalizarlo para usarlo de manera racional y creativa. La naturaleza impone métodos, las cosas no se hacen por capricho. Luego, el ser humano tiene que ser racional, esa es su naturaleza.

¿Es solitario o es social? SOCIAL. Este es, probablemente, el punto menos polémico. Nadie negaría que el ser humano siempre buscará la compañía de sus hermanos. Vivir en sociedad hace infinitamente más fácil la vida al hombre, la naturaleza prácticamente le impone la obligación de asociarse con sus semejantes. Desde luego, que no es un requisito indispensable mantenerse como parte de un grupo (como sí lo es, por ejemplo, para las hormigas), pero que seamos capaces de sobrevivir solos no quiere decir que esto sea lo que queramos.

¿Pacífico o violento? PACÍFICO. Pareciera una necedad decir tal cosa viendo la historia de la humanidad, una historia llena de sangre. Pero el peso de toda esa sangre no debe ser arrastrado por el Hombre, sino por los gobiernos. Prácticamente todas las guerras, muertes y genocidios de la historia han sido obra de los gobiernos, no del Hombre, y si bien es cierto que gobierno, sociedad y ser humano son cosas estrechamente ligadas, cada una puede tener causas y efectos esencialmente distintos. ¿El gobierno elige a la gente violenta para entrar al ejército? ¿o es más bien que vuelve violentos a sus soldados? Esos jovenes que un día salen en las noticias asesinando mujeres y niños en Irak eran gente normal (como lo demuestra el simple hecho de que pasaran unas mínimas pruebas psicológicas para ingresar al ejercito), era gente que estudió contigo y que te acompañó a beber una cerveza. No estaba en sus genes ser un asesino.

Esto tiene que quedar claro: el ser humano no nace violento, se vuelve violento por culpa de su entorno. Si fuera violento con sus congéneres por naturaleza, entonces simplemente no sería un animal social. Pensemos en los tigres, que solo se juntan para aparearse, y que cuando dos machos se encuentran hay una pelea inmediata (o la huida de alguno de los dos). El hombre no es así, si fuera así, jamás habría podido formarse en sociedades. En algún punto de la historia algo lo hizo un ser sediento de sangre. Podemos enseñar a un tigre a base de castigos a ignorar sus instintos y hacerlo saltar a traves de un aro en llamas, pero esa no es su naturaleza. El tigre nunca va a ser feliz haciendo eso, y del mismo modo, obligar a un ser humano a matar gente va contra su propia naturaleza. Por eso los veteranos de guerra terminan volviéndose depresivos, dependientes de medicamentos, ejerciendo la violencia contra la gente que quiere (gente a la que antes de marcharse a la guerra nunca había hecho daño) o de plano suicidándose.

¿Productor o destructor? PRODUCTOR. Esto está directamente relacionado con la pregunta anterior. Desde luego que se podría decir que el hombre destruye su entorno natural, que tala los bosques y contamina los rios, pero notemos que esto no lo hace por capricho. No abre agujeros en la tierra para extraer oro y a continuación tirar todo el oro al mar, no obtiene placer en destruir solamente por destruir, porque a fin de cuentas, ¿que ventajas podría darle eso en la naturaleza? El hombre solo puede tener éxito como especie en tanto produzca y transforme, por el simple hecho de que no puede sobrevivir desnudo. Ya dijimos que no tenemos otra arma en la naturaleza más que nuestra mente, pero esta, encerrada en sí misma, no serviría de nada. La mente nos es útil en tanto nos permita interactuar con la naturaleza y transformar lo que hay a nuestro alrededor, en tanto nos permita convertir ese palo en una estaca para ayudarnos a pescar, en tanto nos permita destruir ese tronco incendiándolo, para brindarnos calor durante la noche. Precisamente porque no puede sobrevivir desnudo y sin herramientas, el hombre debe producirlas. En eso consiste su naturaleza productora.

En resumen, el ser humano es de naturaleza racional, social, pacífica, y productora. Insisto en que esto no es necesariamente una verdad absoluta. Hoy más que nunca debemos descubrir cual es la naturaleza del Hombre, y en mi caso (y en general en la mayoría de los iusnaturalistas) la lógica me ha llevado a esas conclusiones, pero se invita a quien no esté de acuerdo con alguno de estos puntos a dar las justificaciones lógicas que considere apropiadas. Solo una advertencia: No podemos decir que el ser humano es irracional porque solo vemos gente irracional a nuestro alrededor. No se puede decir que la naturaleza del perro es sacar espuma por la boca y atacar salvajemente a otros animales cuando el perro en cuestión está infectado por la rabia. El perro que muere de rabia no es precisamente un buen ejemplar para estudiar la naturaleza del animal. Del mismo modo, una sociedad sumida en la miseria, la violencia y la autodestrucción no puede usarse para estudiar la naturaleza del ser humano. Los iusnaturalistas afirmamos que nuestro mundo se derrumba precisamente porque hemos tomado un camino que va contra nuestra naturaleza.

Pensemos de nuevo en el tigre del circo: ¿afirmaríamos que su naturaleza es vivir encerrado y amar el fuego y el ruido porque lo vemos encerrado en una jaula y haciendo espectáculos? ¡NO! El tigre solo puede ser feliz viviendo de acuerdo a su naturaleza, y del mismo modo, el hombre sólo puede ser feliz viviendo como debe vivir. Miremos a la sociedad actual. Tú, que tienes computadora y acceso a internet, probablemente puedas jactarte de que, en general, eres feliz, ¿pero cuantas personas son tan afortunadas como nosotros? ¿cuantas personas mueren a diario de hambre, o bajo el azote de las enfermedades? Incluso entre los que somos afortunados de tener salud, qué comer y dónde dormir, es común ver apatía, tristeza y depresión a nuestro alrededor. Una sociedad donde más de la mitad de sus individuos viven infelices no puede ser una sociedad "natural". Como el perro con rabia, algo ha infectado a nuestra sociedad, y el resultado es que la mayoría de sus individuos son infelices. Son infelices, precisamente porque están viviendo de acuerdo a unas reglas que van en contra de su propia naturaleza. ¿Pero como vamos a ayudarlas, si no conocemos esas reglas? Esa es nuestra intención, eso es lo que los iusnaturalistas afirmamos: que el ser humano podrá vivir feliz cuando se rija de acuerdo a lo que es, no a lo que podría o debería ser. Que la única manera de eliminar el sufrimiento es vivir de acuerdo a nuestra propia naturaleza, de acuerdo a las leyes naturales, y no a leyes artificiales inventadas por individuos arbitrarios.

Y esa es la pregunta final: ¿cuales son las leyes acordes con nuestra naturaleza racional, productora, pacífica y social? Esa es la ley inmutable y eterna de la que hablaba Cicerón, y si no la recuerda, finalizo este post repitiéndola. Quizá ahora tenga más sentido que la primera vez:

"Existe una ley verdadera, de acuerdo con la naturaleza, conocida por todos, constante y sempiterna. A esta ley no es lícito agregarle ni derogarle nada, ni tampoco eliminarla por completo. No podemos disolverla por medio del Senado o del pueblo. Tampoco hay que buscar otro comentador o intérprete de ella. No existe una ley en Roma y otra en Atenas, una ahora y otra en el porvenir; sino una misma ley, eterna e inmutable, sujeta a toda la humanidad en todo tiempo...”

Continuará...

jueves, 26 de julio de 2012

Lógica para progresistas: las armas.


No entiendo la lógica contra las armas.

"Se deben prohibir las armas porque las armas están hechas para lastimar". Vale, eso es cierto. Lo que no me explico es por qué creen que los criminales no van a tener armas. O sea, ¿van a salir a asaltar con una resortera, porque está prohibido portar armas? ¿el asesino del cine en Colorado se hubiera puesto a tirar palomitas, porque estaban prohibidas las armas? De hecho, en Aurora, Colorado, está prohibida la entrada al cine con armas, de modo que no había una sola persona (aparte del loco) que pudiera detener al asesino a balazos.

"Es que protegernos es el trabajo de la policía". Bueno, pues la policía no hace su trabajo. Sí, han sido estafados y no hay devoluciones, acostumbrense a la idea. E incluso si hicieran su trabajo, imaginen que hoy mismo van al cine y un loco entra con una pistola y empieza a disparar. ¿Creen que es como en los viejos tiempos, que dispara y mata a alguien, limpia la boquilla, hecha polvora, empuja la pólvora al fondo con un palo, mete la bala, carga, y vuelve a disparar? Digo, ¿cuanto tiempo creen que necesita para matar a una multitud? ¿Una hora? ¿10 minutos? ¡90 segundos! Eso es el tiempo que tardó en llegar la policía en Aurora, Colorado. En noventa segundos mató a 12 e hirió a 58.

"Pero si permitieras las armas cualquier discusión terminaría a balazos". Pues en ese caso, ¡prohibamos también los cuchillos! Imaginate, que la gente pudiera ir por ahí con un cuchillo, y se encuentra a alguien que le cae mal, y ¡zaz! lo acuchilla. O sea, no mamen, la gente en general no esta loca, los que quieren matar matan, con o sin pistolas, y los que no quieren ¡pues no matan!

"Pero si permitimos las armas un día nuestro hijo va a encontrar la pistola en el cajón de las verduras del refri, y va a matar a alguien sin querer". ¡PUES ENTONCES NO LA PONGAS EN EL PUTO REFRI! ¡OSTIA! ¡ES QUE TAMPOCO HAY QUE PONER VENENO PARA RATAS EN UN CARTON DE LECHE Y METERLO AL REFRI, Y HAY QUE PONER LA BASURA EN EL BASURERO! ¿NECESITAS UN MANUAL DE COSAS OBVIAS?

La violencia y el genocidio
no empezaron con las pistolas.
"Pero es que tengo miedo, Maginer". ¡Pues eso es culpa tuya, no mía! Yo no voy por ahí pidiendo que prohíban las películas de terror porque me dan miedo, ni pido que prohíban ir a rapa, porque una vez un individuo rapado me asaltó. O sea, no, tus miedos infundados no son un argumento válido para absolutamente nada. Al final, ¿que tiene de distinto una pistola a un automóvil? Si un loco quisiera, podría subirse a su automóvil y atropellar a 30 personas antes de ser detenido. Y si quiere matar aún más gente, todos sabemos que se pueden hacer bombas con materiales de uso común.

Las armas son peligrosas, sí, como también lo son los automoviles, los cuchillos, las drogas, el colesterol o un estéreo cerca de la bañera. Los locos que quieren matar, lo hacen hasta con un lápiz, y los que no están locos, no son estúpidos: saben que un automóvil debe ir siempre en su carril, y que los electrodomésticos deben mantenerse lejos de las bañeras. Créeme que también sabrán dónde deben mantener su Colt .45. La humanidad siempre ha estado rozando el peligro, y así como nos la hemos ingeniado para darle un uso destructivo a cada cosa que inventamos, también nos la hemos arreglado para absorber esos inventos, y al final encontrarle usos más benéficos.

Las regulaciones son el cáncer de la edad moderna, y lo poco que ganamos con ellas, resulta siempre opacado por todo lo que perdemos por culpa de ellas. Detrás de toda esclavitud siempre hay un pueblo lleno de miedo. Quitémonos ese miedo irracional a las armas, y seremos un poco más libres.

domingo, 22 de julio de 2012

El ateísmo también es una falacia.


Triste, pero es así. Seamos absolutamente racionales y veamos qué conclusiones podemos hacer. Recordemos que el principal argumento en contra de la religión es "no puedes demostrar que Dios existe". El problema es cuando el religioso dice "tú tampoco puedes demostrar que no existe" y ahí es cuando saltamos de nuestros asientos y decimos que demostrar su no existencia no nos toca a nosotros.

Bien, eso es cierto, pero ha sido malinterpretado. Pensemos por un momento que ya no es de la existencia de Dios de lo que estamos hablando, sino de una proposición cualquiera P. La lógica del religioso es la siguiente:

- P es verdadera.
- Demuéstralo.
- Tú no podrías demostrar que P es falsa, por lo tanto, P es verdadera.

Evidentemente, ha habido un argumento falaz, conocido formalmente como falacia ad ignorantiam (se apela a la ignorancia), y es invalido, por lo que de este argumento no se puede concluir que P es verdadero. Pero ahora veamos la lógica del ateo.

- Yo digo que P es verdadera.
- Demuestralo.
- No puedo.
- Tu no puedes demostrar que P es verdadera, por lo tanto, P es falsa.

Ahora ya no suena tan bien este argumento, ¿verdad? De hecho, es exactamente el mismo tipo de falacia que en el primer ejemplo, esto es, se apela a la ignorancia del interlocutor para demostrar una proposición (en este caso, la proposición es ¬P, la negación de P). Que sea una negación no hace ninguna diferencia, después de todo, podríamos llamar Q a la negación de P (Q=¬P), y tendríamos exactamente la misma lógica que en el primer ejemplo. Al final, "Dios existe" puede verse también como la negación de "Dios no existe", de modo que ambas se pueden ver como negaciones (o afirmaciones) de una proposición que se desea demostrar o refutar.

Bien, ¿donde ha estado el problema? El problema esta en que la demostración de una proposición SIEMPRE le toca al que la hace. El siguiente es un argumento válido:

- No voy a apoyar aceptar tu proposición P, porque no puedes demostrar que P es verdadera (es decir, no voy a aceptar la existencia de Dioses, porque no puedes demostrar que Dios existe).

Pero noten que esto también aplica con ¬P (negación de P):

- Yo no puedo demostrar que ¬P es verdadero, por lo tanto, no podemos decir que P es falso (es decir, yo no puedo demostrar que Dios no existe, por lo tanto, no puedo tomar partido por dicha proposición).

Suena indignante a que no podamos decir que Dios no existe, pero tiene sentido si consideramos los siguientes ejemplos:

1. Jaime Mausan nunca ha podido demostrar la existencia de extraterrestres. ¿Es eso razón suficiente para defender a capa y espada que los extraterrestres no existen?

2. Tu vecino no te ha mostrado al mapache que vive en su casa. ¿Apostarías un millon de pesos a que no hay un mapache viviendo en casa del vecino?

3. No podemos demostrar que la función Z de Riemann tiene una infinidad de ceros no triviales con parte real igual a 1/2. Por lo tanto, ¿afirmamos que existe una cantidad finita? (este problema es mejor conocido como hipótesis de Riemann, y es hipótesis, porque no hemos podido demostrar ni la afirmación, ni la negación, de modo que no tomamos partido por ninguna de las dos).

Como científicos (y matemáticos) no podemos tomar partido, y es por eso que lo único que podemos hacer es declarar ignorancia frente a un hecho del que no podemos demostrar verdad o falsedad. No puedo decir que los extraterrestres no existen, porque nunca he visto uno, pero tampoco puedo asegurar que hay vida ahí afuera. Debemos reunir más información. El primer paso para encontrar la verdad es declarar ignorancia. La ciencia no ha progresado tanto gracias a gente que dice "no sé a que se deba esto, por lo tanto DEBE SER POR ESTO, ESTO Y ESTO". Si no sabes, entonces debes reunir más información antes de hacer afirmaciones (o negaciones) concluyentes.

Notemos que no hay ningún problema en tener creencias e hipótesis. Las hipótesis son la primera aproximación en la búsqueda de la verdad, y por lo tanto son sanas, siempre que busquemos la manera de fundamentarlas y no nos quedemos con la hipótesis como verdad absoluta. Está bien decir "yo creo que Dios no existe", y desde luego, podría haber una demostración bien fundamentada de esto. Pero dicha demostración no puede basarse en las argumentaciones dadas al principio. Quebrar la lógica nunca puede actuar en beneficio de la ciencia.

Lamentablemente, demostrar inexistencia es lo más difícil del mundo, incluso en las matemáticas. Demostrar existencia es relativamente sencillo, simplemente basta con encontrar un ejemplo que cumpla la condición (¡mira, aquí hay un alienígena!). ¿Pero como hacemos para demostrar que no existe un solo planeta en el universo aparte del nuestro, con capacidad de albergar vida? La única forma sería visitar cada planeta del universo, y encontrarlo vacío.

El ateísmo como una negación de la existencia de Dios es, por lo tanto, casi igual de ilógico que la religión (digo casi porque, en la vida real, la negación de existencia suele tener un poco más de peso, aunque formalmente sean exactamente iguales). Lo que es indudable, es que ser ateo, también requiere renunciar a la lógica en favor de una creencia no fundamentada.

En ese sentido, el agnosticismo esta mucho más apegado a la ciencia que el ateísmo. Lo dicho: triste, pero es así.


viernes, 20 de julio de 2012

Las tres fuentes del derecho (Parte II): El Derecho Natural.


"Existe una ley verdadera, de acuerdo con la naturaleza, conocida por todos, constante y sempiterna. A esta ley no es lícito agregarle ni derogarle nada, ni tampoco eliminarla por completo. No podemos disolverla por medio del Senado o del pueblo. Tampoco hay que buscar otro comentador o intérprete de ella. No existe una ley en Roma y otra en Atenas, una ahora y otra en el porvenir; sino una misma ley, eterna e inmutable, sujeta a toda la humanidad en todo tiempo...”

- Marco Tulio Cicerón.

En una entrada anterior hablamos de la Ley Estatal (Derecho Positivo), y de la Ley Social (Derecho Consuetudinario). Ambas son más o menos conocidas y son el objeto de estudio de la mayoría de los investigadores y estudiantes de derecho. Ambas dan algo de weba, también.

La que ya no es tan conocida es la Ley Natural (también llamado Derecho Iusnaturalista o Jusnaturalista). Presentémosla de manera gradual mediante ejemplos.

Imagina que despiertas un día en un planeta desierto. Tan desierto que no hay más que piedras, montañas y acantilados a tu alrededor. La atmósfera parece ser respirable, pero no hay comida, ni agua, ni rastro alguno de vida, excepto el tuyo. De todos modos, después de un tiempo te das cuenta de que nunca te da sed ni hambre, que no importa cuánto te golpees ni de cuanta altura caigas, no puedes ser dañado físicamente. En resumen: eres inmortal e indestructible. Pregunta: ¿cuales son tus deberes? ¿que ley o leyes deberías seguir? (te invito a que contestes la pregunta, y las demás que vayamos haciendo, antes de seguir leyendo).

Realmente no es difícil contestar esa pregunta, la respuesta es: podrías hacer lo que se te diera la gana. No hay leyes ni reglamentos que tengas que acatar, ni cuentas que rendir. Cualquier cosa que quieras hacer, la puedes hacer, siempre que seas físicamente capaz de ello. Si un día por diversión quieres saltar por un acantilado, no hay ningún problema, pues tu cuerpo es indestructible. Incluso podrías hacer herramientas de piedra y poco a poco construirte un castillo, y luego tirarlo, y luego... bueno, se entiende el punto. En ese planeta con un solo habitante inmortal, no hay leyes, ni obligaciones, ni derechos, ni moral.

Ahora imaginemos que despiertas ya no en un planeta desierto, sino en una isla, con abundancia de recursos. Ya no eres inmortal, sino un ser humano común. Y nos volvemos a preguntar, ¿cuales son tus obligaciones? ¿que leyes deberías acatar?

Quizá se nos ocurra que podemos dar la misma respuesta que en el caso anterior, esto es, "no tenemos obligacion alguna, ni leyes que obedecer". Bien, pues si es así, supongamos que decidimos tirarnos por un acantilado, total, hacemos lo que queremos, ¿no?

El problema es que esta vez sí podemos morir, y es razonable pensar que, a menos que en algún momento se nos haga definitivamente insoportable la soledad, nuestra primer prioridad será conservar la vida. En ese caso, ya hay cosas que no debemos hacer, hay leyes que no elegimos, pero que debemos acatar. Y una de esas leyes es evitar el daño físico. La naturaleza nos ha impuesto una ley, que debemos respetar si queremos seguir viviendo. ¿Que otras leyes nos impone la naturaleza? Saciar nuestra hambre y nuestra sed, por ejemplo. El incumplimiento de estas leyes tiene un castigo impuesto por la propia naturaleza, que en nuestro caso, es la terminación de nuestra propia vida.

Empieza a tomar forma el concepto de Ley Natural, pero aún no hemos terminado. Después de todo, somos seres humanos, y por lo tanto no solamente queremos vivir, sino que queremos hacerlo como seres humanos. ¿Estaríamos conformes con pasar día tras día desnudos, llevando a cabo la misma rutina para sobrevivir, para al final del día acostarnos a la sombra de cualquier arbol? ¿O quisieramos tener algo que llamemos "hogar", para protegernos de las tormentas, y tener ropa y fogata para protegernos del frío?

Si es así, si nuestro objetivo es vivir como seres humanos, entonces hay nuevas leyes que tenemos que obedecer, hay nuevos reglamentos a los que nos tenemos que apegar. Por ejemplo, procurarse madera y protegerla del agua para poder usarla en la siguiente fogata, reordenar los elementos que encontramos en la naturaleza para procurarse una casa, etc. Y ya que hemos construido la casa, debemos darle mantenimiento, porque en caso contrario la naturaleza no tardará en reclamar esa construcción y llenarla de plantas y animales indeseados.

De modo que cada mañana, tendremos que levantarnos y realizar ciertas actividades de manera obligatoria si queremos vivir como seres humanos. Fuera de eso, podemos hacer lo que se nos dé la gana. Podemos salir a correr y nadar, o quedarnos descansando en nuestra casa, podemos comer jabalí en lugar de mangos, o de plano decidir que está bien respetar a los animales, y dejar de comer carne. La ley que la naturaleza nos ha impuesto es intocable, y no podemos modificarla mientras no modifiquemos nuestra propia naturaleza (si en algún momento encontraramos un elixir que nos hiciera inmortales, entonces la ley cambiaría, como pasó en el primer ejemplo).

Notemos por favor algunos elementos importantes en este ejemplo: toda la isla, hasta donde has logrado explorar, es tuya. No tienes que preocuparte por la repartición de bienes, ni por derechos humanos, ni por política. Esos recursos son tan tuyos que podrías darles el uso que quisieras. No hay conflictos de intereses (pues no hay dos personas que puedan estar en desacuerdo), ni hay tal cosa como "robo" o "violencia" (al menos no entre seres humanos).

Falta un último paso para terminar de dar forma al concepto de Ley Natural. Ahora imaginemos que, un día, una tormenta hace que un barco naufrague en la isla. El barco queda destruido, pero hay sobrevivientes. Al enterarte de este suceso, tu tranquila vida en la isla de pronto está en peligro. Cuando te encuentran, pronto te das cuenta de que no son piratas, no son gente violenta, ni loca, ni malvada. Son gente racional, como tú, que desean vivir como seres humanos, al igual que tú, y más aún: que desean vivir de la mejor manera posible en sociedad, al igual que lo quieres tu.

De modo que tu vida no corre peligro, pero sí que han cambiado muchas cosas: ahora ya no todos los recursos son para ti, ahora puede que dos personas necesiten el mismo recurso, y probablemente, aunque ambos sean racionales, puede que surjan conflictos de interés. Ahora no son solo tus deseos los que van a transformar la isla, sino también los deseos e intereses de las demás personas. Podríamos pensar que en esta nueva situación existe la necesidad de que entre todos se organicen para crear un conjunto de leyes, hechas por el hombre, para poder resolver los conflictos, pero antes de eso, podemos hacernos la misma pregunta que en los casos anteriores.

Y se resume así: Supongamos que todos los habitantes de la isla quieren vivir en sociedad de acuerdo a la propia naturaleza del ser humano. ¿Que otras leyes nos impondrá ahora la naturaleza para poder lograrlo?

Y esa es la Ley Natural, con mayúsculas. Es la ley que nos permite vivir de acuerdo a nuestra propia naturaleza, y que es independiente del hombre, porque éste no la ha elegido, como no puede elegir no comer, y no saciar su sed (es decir, que un hombre no puede renegar de su naturaleza). Alejarse de ella, acarrea sus propios castigos, no de parte de sus semejantes, sino de parte de la propia naturaleza. Así como la naturaleza castiga con la muerte el delito natural de negarse a comer, y a vivir como un animal más el negarse a construir una casa, del mismo modo castigará a quién decida ignorar las leyes que la naturaleza impone para vivir dentro de una sociedad.

¿Pero qué leyes son estas? De eso hablaremos en la siguiente entrada, y si a estas alturas has mantenido el interés, te invito a que tu mismo intentes contestarlo.

Continuará...

Cuentos desde la cripta.



Para descansar de tanta berborrea filosófica, ahí les va una bonita historia con final feliz, para los desvelados. Es sobre filósofos, vale, pero esta vez no filosofaremos.

¿Recuerdan cómo murió Socrates? Venga, seguro lo recuerdan, Socrates era un gran filósofo ateniense. En esa época Atenas estaba en guerra con sus archienemigos los espartanos y... bueno, Atenas perdió estupidamente. 

Y es que los espartanos podían ser malos en todo, excepto en eso de romper madres. De hecho tenían la fuerza terrestre más formidable de todas las polis griegas. Claro que como eran las polis y cada ciudad iba a su bola, esa importante fuerza se limitaba a 6 mil soldados. De todos modos, esos 6000 soldados bastaban. ¿Vieron la pelicula de 300? Pues sí, fue real, 300 espartanos contuvieron el ataque de 300 mil persas. Claro que los persas realmente no eran deformes como en la película, ni tenían gigantes o cosas raras. Eran gente muy normal, como tú y como yo. Eran un chingo, eso sí.

Bueno, el caso es que los espartanos eran una pistola en eso de la guerra, y los Atenienses, más abocados a la filosofía y el comercio, la pasaron muy mal (tampoco es que los atenienses no supieran hacer la guerra, ellos eran muy buenos, pero en el mar, tenían una gran flota, y también le rompieron su madre a los persas cuando tuvieron la oportunidad).

El punto es que en esa guerra los atenienses perdieron contra los espartanos, y pues los atenienses estaban muy ardidos, de modo que buscaron a alguien para desquitarse, y qué mejor que un pinche filosofo, de esos que tanto tiempo le quitó a los ciudadanos, tiempo que hubieran podido invertir en aprender a usar la lanza como los hombres. Lo juzgaron por cualquier motivo estúpido, lo condenaron a beber la cicuta y lo mandaron al calabozo a esperar su gran día.

Claro que nadie le dijo a Socrates que su juicio era nada más de desmadre, y que se iban a hacer de la vista gorda si decidía escapar. De hecho, a mitad de la noche, su amigo Critón entró a la celda como Juan por su casa (le dijo al guardia algo como "olvidé algo aquí la última vez que me ejecutaron", y el guardia le abrió) y le dijo que se tenían que ir en barco esa misma noche.

Y que de verdad se tenían que ir, porque si Socrates no salía de ahí, la gente pensaría que Critón era un avaro y no había pagado lo suficiente a los guardias para poder entrar por su amigo. Así se la gastaban los atenienses.

Total, cualquiera se hubiera cruzado de hombros y hubiera dicho "¡amonos a la chingada!", y hubiera salido de ahí sin miramientos. Pero Socrates no, él no. Recordemos que él era un filósofo, y más aún: un filósofo ateniense. Y ya sabemos como le gusta dorarsela a los filósofos. De modo que en plena urgencia a mitad de la noche, Socrates le pidió a Critón que se sentara y que filosofaran (como no) sobre la conveniencia de escapar de ahí. Este es un pequeño fragmento de la conversación.

Sócrates: ¿No admites, igualmente, que vivir bien no es otra cosa que vivir como lo reclaman la probidad y la justicia? 

Critón: Sí, Socrates.

(Para darle más dramatismo al momento, intenten imaginar a Critón mirando nerviosamente hacia afuera de la celda con cara de urgencia mientras dice "Sí, Socrates, sí Socrates").

Sócrates: Conforme a lo que acabas de concederme, es preciso examinar, ante todo, si hay justicia o injusticia en salir de aquí sin el permiso de los atenienses; porque si esto es justo, es preciso ensayarlo, y si es injusto, es preciso abandonar el proyecto. . es preciso morir aquí o sufrir cuantos males vengan antes que obrar injustamente. 

Critón: Tienes razón, Sócrates.

Sócrates: Es preciso, por consiguiente, no hacer jamás injusticia ni volver el mal por el mal, cualquiera que haya sido el que hayamos recibido. Sé muy bien que hay pocas personas que lo admitan y siempre sucederá lo mismo. Desde el momento en que están discordes sobre este punto, es imposible entenderse sobre los demás y la diferencia de opiniones conduce necesariamente a un desprecio recíproco. Reflexiona bien y mira si realmente estás de acuerdo conmigo y si podemos discutir partiendo de este principio.

Critón: ¡SOCRATES, CHINGAO!


Socrates tomándose la cicuta como los campeones. Tremendo troll 
Vale, Critón no dijo eso último, pero apuesto a que lo dijeron ustedes. El caso es que al final Socrates gana el debate y se queda en esa celda para morir. Muere muy contento, eso sí.


Y así es como la naturaleza se encarga de eliminar a los idiotas, FIN.

jueves, 19 de julio de 2012

Lógica para progresistas: El Pueblo.


Uno pensaría que los padres de la patria eran un poquito menos estúpidos que el promedio, pero ya observandolos con atención, no sorprende que su hija la patria sea una completa gilipollas. ¿Que clase de ley es esta?

"Artículos 39. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instuye para beneficio de éste."

¿Quien es "el pueblo"? ¿Son 10 mil personas que salen a la calle? ¿Son las 60 millones que prefieren seguir trabajando en lugar de andar haciendo su desmadrito? ¿son la totalidad de los mexicanos? ¿que significa el "beneficio del pueblo"? ¿significa que sean felices? ¿que gocen de bienes y servicios? ¿que sean libres? ¿o a lo mejor que se vayan al cielo al morir? ¿o que estén libres de homosexuales y de judios?

Y se pone mejor, continua el articulo:

El pueblo tiene en todo tiempo el INALIENABLE DERECHO de alterar o modificar la forma de su gobierno.

¿Como la modifica? Y eso suponiendo que ya logramos señalar al misterioso "pueblo". Imaginate que 50 millones de mexicanos quieren permitir los derechos humanos, mientras que el resto 50 millones más uno quieren abolirlos, ¿que se debe hacer, de acuerdo al artículo 39? Y no es un ejemplo estúpido, eso es justamente lo que está pasando en este momento, dos minorías cada una sintiendose "el pueblo", y afirmando que su palabra es ley.

Realmente, que termino tan estúpido para meter, ¡imaginate!, precisamente en una constitución, que debe servir para juzgar objetivamente. "El pueblo", ¡el pueblo! Allá por 1939, "el pueblo" era la raza aria. hace 300 años, "el pueblo" era el rey. ¿Van a salir ahora con que ya por fin lograron señalar al único y verdadero pueblo? Porque todo indica que, actualmente, el pueblo es: los que votaron por el PRD.

Se hubieran podido ahorrar sus 136 articulos diciendo simplemente:

El Articulo (porque solo hay un artículo, "El Articulo"): Todo lo que beneficie al pueblo, esta permitido, todo lo que le haga daño, esta prohibido. Y punto.

¡Y listo! ¿que te han robado?, ¡coño, el ladron también es el pueblo y merece ser feliz, igual que tú, maldito egoísta! ¿Que eres marica? Pues jodete, el pueblo ha decidido que, en nombre de su beneficio, se debe gasear a todos los jotos. ¿Suena estúpido? Pues dime si no tienes el INALIENABLE derecho a hacer exactamente eso de acuerdo al articulo 39.

Todavía no termino de creermelo. ¡El beneficio del pueblo! ¿Es que somos  tan idiotas como para de verdad tragarnos eso? ¿es que nos han calado tan hondo los latigazos, que ya no podemos pensar más que en una gris, uniforme y asquerosa masa de gente puesta como el Dios supremo?

¿Y encima se atreven a decir que el capitalismo les quita la individualidad, que los transforma en un número o un código de barras y los hace productos desechables? Pues que curioso porque, ¡cuan ansiosos están de ser precisamente eso! ¡cómo dicen orgullosos que darían su vida por la patria, esto es, ser desechables! ¡cuantas ganas tienen de abrir sus billeteras y claudicar su mente ante el primer grupo de ambiciosos vulgares que les diga que trabaja en beneficio de ustedes, sin más pruebas que su discurso! ¡cuánto miedo le tienen a dejar de pertenecer a esa estúpida e irreflexiva masa de gente y, por primera vez, ser individuos libres, únicos, y gritar con todo el orgullo del mundo "yo no existo para servir a otros"!

"¡Egoísta!" Van a gritar ahora. Y se van a persinar y se taparán los oídos para no seguir oyendo al diablo, y van a ir a confesarse con su nuevo Sacerdote: AMLO, o cualquier otro estúpido político.

Dejaron de adorar al Sol y al trueno para adorar al pueblo. Y se dicen informados, jamás manipulados. La primera vez me hizo mucha gracias oírlos diciendo eso, pero cuando vi que lo decían en serio, empecé a sentir como lástima. La verdad es que desde que salimos de las cuevas, no han cambiado mucho. Y yo sigo preguntándome, ¿de verdad creen que están haciendo historia?

lunes, 9 de julio de 2012

Las tres fuentes del derecho (Parte I): Ley Estatal y Ley Social.


¿Esta mal robar? La respuesta es sí. ¿Por qué?, la mayoría de la gente diría "porque es delito", y si les preguntamos ¿por qué es delito? probablemente te respondan "pues porque... porque esta mal...".
Demos un paso atrás. Aceptemos que robar está mal porque es delito. Supongamos que un día el Partido Feminazi consigue mayoría en el congreso y decide en nombre de la igualdad de genero penalizar el uso de pantalones, permitiéndonos a los hombres solamente salir a la calle en falda o en calzoncillos, lo que consideremos mejor. ¿Estaría mal salir con pantalones desde ese momento? Probablemente el lector haya respondido que no, que no estaría mal seguir usando pantalones aunque las inteligentísimas legisladoras hubieran decidido penalizarlo. Nos meteríamos en un buen lío con la autoridad, indudablemente, pero si vieramos que otra persona decidiera quebrantar la ley y salir a la calle con los pantalones bien puestos, ¿reprobaríamos su actitud? Probablemente no. Por lo tanto, debemos aceptar que no es lo mismo decir "esto es legal", que decir "esto está bien", y del mismo modo, no es lo mismo decir "esto es ilegal", que decir "esto está mal".

Si me lo permite, compliquemos aún más la situación y supongamos que existe un poblado en algún lugar del basto territorio nacional donde los usos y costumbres son esencialmente distintos a los nuestros y tanto hombres como mujeres tienen la tradición milenaria de vestir faldas. Más aún, el vestir con pantalones no solo esta en desuso, sino que es castigado por la comunidad (por ejemplo, imponiendole al trasngresor una multa de dos gallinas que debe entregar al anciano del pueblo). En ese caso, la ley aprobada por el Partido Feminazi, ¿seguiría siendo una ley mala para ese poblado?

A estas alturas el lector quizá esté dispuesto (si no lo estaba ya desde antes) a aceptar que no es lo mismo "legal" que "bueno" (y que incluso hay leyes que pueden ser consideradas "buenas" por unos y "malas" por otros), y eso nos mete en otro aprieto, porque se supone que las leyes están para castigar las cosas "malas", y premiar o permitir las cosas "buenas". Y si la ley por sí sola no puede responder a la pregunta "¿esto esta bien o está mal?", entonces, ¿cual es el criterio para aprobar leyes? ¿que es lo que hace aceptables ciertas leyes e inaceptables otras? ¿como ciudadano común tenemos derecho a transgredir leyes injustas? ¿o debemos acatar las leyes aunque las consideremos injustas, y tener confianza en que los legisladores no harán leyes estúpidas?

La respuesta está en las fuentes del derecho, esto es, distintos puntos de vista que dan origen y justificación a las leyes. De manera resumida, podríamos hablar de tres:

- Derecho Positivo (Ley Estatal): La ley la hace el Estado para mantener su salud. Toda ley que aprueba el Estado siguiendo los protocolos requeridos es válida por sí misma. Dicha ley puede ser modificada a placer por las personas adecuadas (legisladores).

- Derecho Consuetudinario (Ley Social): La ley es creada por la sociedad, y no puede ser alterada de manera artificial. La ley evoluciona junto con los usos y costumbres de la sociedad en la que existe, y por lo tanto, solamente puede modificarla toda la sociedad en su conjunto mediante el cambio natural en sus costumbres.

- Derecho Iusnaturalista (Ley Natural): La naturaleza impone al ser humano un único conjunto posible de leyes para que éste pueda vivir como ser racional en sociedad, es decir, existe una ley que es anterior al hombre y que éste debe respetar para poder vivir como tal. Dicha ley no admite modificaciones.

(para no oírnos mamones, refirámonos a los tres anteriores como Ley Estatal, Ley Social y Ley Natural, respectivamente)

La mayoría de la gente solo ha oído de las dos primeras, y de hecho, no tendría problemas en localizar en donde se ha aplicado Ley Estatal (Derecho Positivo) y dónde Ley Social (Derecho Consuetudinario). En efecto, las legisladoras del Partido Feminazi han hecho uso de la Ley Estatal para aprobar y dar validez a una ley que, evidentemente, ellas consideran justa simplemente porque ha sido aprobada mediante el protocolo requerido por el aparato estatal para aprobar leyes. Recordemos que en el positivismo jurídico la regla es simple: "si lo puedes aprobar, lo puedes aplicar", o lo que es lo mismo, si la ley dice que algo es malo, automáticamente se vuelve malo. Es decir, en la Ley Estatal, la fuente de derecho es el legislador.

Por otro lado, podemos reconocer la Ley Social en la comunidad de costumbres pintorescas. En dicha comunidad, existe una ley no escrita que pena el uso de pantalones, y dicha ley es anterior a la legislación estatal. No ha sido trabajo de "legisladores", pues esa ley fue creada por la comunidad a lo largo del tiempo. Por lo tanto, en la Ley Social, la fuente del derecho es la costumbre.

En la medida de lo posible, la Ley Estatal suele intentar adaptarse a la Ley Social, esto es, que si la sociedad acostumbra no trabajar los domingos, los legisladores intentarán hacer leyes que penalicen el trabajo los domingos (por ejemplo, cobrando un impuesto extra por las compras y las ventas en dicho día, o de plano prohibiendo actividad comercial los domingos). Pero habrá ocasiones en que la sociedad no genere Ley Social a la misma rapidez que requieren los iluminados legisladores. Tengamos en cuenta que una ley social tarda varias generaciones en asentarse, por lo tanto, ante el surgimiento de una nueva idea o producto (por ejemplo, una bomba nuclear) los legisladores pueden considerar que no es buena idea esperar a que la sociedad se forme una costumbre, y que la mejor opción es legislar desde ya.

Tanto la Ley Estatal como la Ley Social tienen cierto sentido, el problema es que no será raro ver que ambas se contradigan, y lo que es peor, decantarnos por una sola de los dos puede traer más problemas que soluciones. Después de todo, realmente hay cosas que no pueden esperar, como por ejemplo, las armas nucleares, lo que hace difícil quedarnos solo con Ley Social, y tampoco es buena idea dejar que los legisladores en su infinita sabiduría decidan lo que es bueno y malo, porque lo más probable es que si nos quedamos solo con Ley Estatal, terminemos viviendo como esclavos en una dictadura.

¿Que hay del Derecho Iusnaturalista (Ley Natural)? No, no tiene nada que ver con las leyes de la física. En un primer momento puede sonar raro que la naturaleza legisle, y que haya leyes anteriores al hombre, pues es precisamente el hombre el que inventó el concepto de derecho. Pero si se encuentra muy confundido no se preocupe, que de la Ley Natural hablaremos en la siguiente entrada.

Continuará...


lunes, 2 de julio de 2012

El gigante pendejo.


¿Ustedes vieron con sus propios ojos como en cinco, ok ok, veinte... ¡Digamos cincuenta casillas! ganó el candidato de su preferencia? Porque acá por mis rumbos yo vi con mis propios ojos como diez en dónde el triunfo del PAN fue contundente, claro que yo si sé que eso no es prueba de nada: México no es Atizapán ¡o la zona Esmeralda! En donde si siguiéramos su forma místico-musical de hacer estadística ganaría siempre un candidato de súper derechas ¡y lo haría por mucho!

¿Se tiene que confiar en ustedes si y en el IFE no? Porque lo que yo voy a alcanzar a ver personalmente sigue siendo lo mismo, se dicen honestos pero les recuerdo que todos los demás también lo hacen. Al final si son ustedes mismos quienes van a reducir las cosas a un asunto de “creer o no creer”, si son ustedes mismos quienes no van a aceptar bajo ningún concepto el decreto del aparato electoral que tanto dinero cuesta, pero sí van a aceptar lo que una persona o un grupo de ellas les muestre como verdadero, si van a actuar bajo la premisa de que existe un cierto grupo de gente al que no se le puede creer absolutamente nada y otro grupo de gente al que se le puede creer absolutamente todo, entonces serán los primeros en caer exactamente en el mismo desfiladero, pues tampoco tienen forma de probar ante TODOS, que lo que tienen entre las manos es verdadero.

¿Conteo voto por voto? ¿Y quién va a contar esta vez? Porque los conteos anteriores fueron gracia del mismo tipo de ciudadanos que podrían hacerlos una segunda vez ¿Piensan que dichos ciudadanos son imbéciles o corruptos? Entonces supongo que querrán ustedes contar 49 millones de votos sin que les piquen las costillas quienes intentan robarles la elección ¿Y que van a hacer, encerrarse en un cuarto solitos con las boletas? Pues a mi eso me parecería bastante sospechoso y de sus resultados, solo se fiarían ustedes.

¿Y luego de que termine el conteo como van a sumar? Porque a lo mejor se imaginan que como las asistencias a sus asambleas del 132, cuarenta y nueve millones de votos ¡Cuarenta y nueve millones de votos! se pueden contabilizar sin un sistema y sin un aparato que en el sentido técnico sea verdaderamente monstruoso y que avale no la integridad moral, que en un esquema verdaderamente científico no tiene importancia, sino la integridad estadística de dicha contabilidad. Me cuesta trabajo imaginar que proceso piensan que se tiene que seguir para lograr algo así, y me cuesta trabajo porque como que se están ofreciendo a hacerlo ustedes y eso da mucho miedo.

¿Que anonymous se ajustará a las disposiciones de #YoSoy132? Ah, porque ahora si les parece respetable no dar la cara, si les parece respetable que un grupo de enmascarados con un tipo de poder muy específico (porque poder es, aunque ustedes decidieran llamarle de otra forma, lo que utilizarían en caso de hacer algún movimiento), y cuya labor se vería irremediablemente parcializada por sus propias creencias, tome de rehén a un proceso como si TODOS estuviéramos de acuerdo con ello. No se les olvide que aunque la diferencia de votos entre su candidato y el ganador fue de mas o menos tres millones, también hubo gente que votó por otros dos candidatos, gente a la que tampoco le gustaría ver en la presidencia a su líder. ¿Y el 132 que? ¿ahora creen en ellos? ¿ahora los demás también tienen que hacerlo? No, no está chido dejar de creer en la virgencita para empezar a creer en el Che Guevara, o en el 132, o en la Santa Muerte, no está chida su religiosidad política ni el que les haya costado tanto trabajo dejar de tener miedo del Chamuco para empezar a tener miedo del Copete. Y no es que el miedo solito tenga algo de malo, lo que tiene algo de malo es el miedo estúpido y por las razones equivocadas, así, así como el miedo que le tenían antes al chamuco.

¿Siguen entonces, pensando que anular no es forma de protestar ante nada? ¿Y empecinados en afirmar que la forma mas inteligente de protestar es ser partícipes en un ejercicio cuyos resultados finales de todos modos no van a respetar? ¿Siguen pensando que le deben honestidad a un gobierno que por otro lado y según sus propias palabras, no es honesto con ustedes? Porque ya lo dijeron, ya encontraron una salida a todo y para todo y establecieron previamente que a lo mejor el sistema no tiene algo malo, pero el fraude fue desde antes, y si no, entonces el sistema si tiene algo malo, y si no, los que votaron por EPN son unos taradazos, y si no… pues en fin, que si no gana el suyo, esto no sirve pa’ nada ¿¡Entonces como para que chingados fueron a votar!? ¿En serio les parecería muy de sabios ir todos los domingos a misa y darle su limosna a la iglesia, porque están en competo desacuerdo con su ideología y esperan cambiarla desde adentro? Lo mas super mega cool del mundísimo mundial no es que se digan intelectuales, sino que se lo crean.

¿Culpan de los resultados de esta elección a la guerra sucia, a la deshonestidad, a la manipulación, a la violencia, a la ignorancia, a la intolerancia, a las promesas vanas y al estado lamentable en que se encuentra la democracia? Porque, muchachos, si eso hubiera sido, ustedes hubieran ganado pero con el %127.56 de los votos (margen de error ± 27.56). Claro que ustedes piensan que fotoshopear una imagen para que aparezca Peña Nieto agarrándole los cojones a Loret de Mola no es guerra sucia, opinan que la deshonestidad que ha habido en las filas de su partido es nimia o ha sido formalmente castigada, opinan que la manipulación que han ejercido sus candidatos es necesaria para despertar a un país del sueño en que lo metieron los candidatos de los partidos contrarios, opinan que ejercer violencia en contra de Carlos Marín está bien porque es un vendido y un mentiroso, o que escupirle en el cuello no es de plano violencia, opinan que son muy sapientes y se sienten alejados de la ignorancia cuando evidentemente no saben maldita cosa, por ejemplo, de estadística, y cuando su forma de expresarse tanto en lo gráfico como en lo lingüístico provoca algo entre la pena, la risa y la desesperación, opinan que el intentar acallar o impedir la libre expresión a medios o personas que no están de acuerdo con ustedes no es intolerancia, opinan que promesas del corte “No va a haber rechazados en las universidades públicas (y en este mismo momento voy a empezar a cagar profes y dinero, se le faltó agregar a dicha propuesta)” no son vanas ni populacheras, por no decir inviables e insensatas. Pero sobretodo opinan que todo aquel que piense diferente a ustedes está completamente equivocado y no merece ser tomado en cuenta. Pues bueno, lo repito entonces: Ustedes no son demócratas y ojalá lo entendieran de una vez y antes de seguir haciendo el ridículo, que si por lo menos tuvieran los cojones de aceptar que lo que realmente piensan es que la gente ignorante e incompetente no debería de tener derecho a votar, y que son ustedes quienes deberían de tomar todas las decisiones por todos… Pues no, tampoco los respetaría, pero a lo mejor les tendría un poquito de miedo.

¿Así que ahora si da pena de pendejo el pendejo pueblo de pendejo México? Porque de risa es, entonces, como hace unos poquitos días lo llamaron “El gigante dormido” o se llamaron a si mismos “Los hijos de –Algún-pinche-emperador-Azteca que-ni-conocen-”. De risa también es que cuando los medios manipuladores les anunciaron que iba a ganar EPN contestaron con risotadas de borracho impertinente que solo un pendejo haría caso de esas encuestas sucias y que el pueblo de México no era pendejo. Pues es de verse cómo cambian pendejamente las cosas en cuestión de… muchos votos… de gente pendeja. (Palabra clave: Pendejo)

¿Que no todos ustedes son iguales? Pues tampoco todos los priistas son iguales, o los panistas, o los anulistas, ni siquiera se podría decir que todos los pendejos son iguales, así es que si ustedes empiezan con su discurso generalizador aguántense cuando los demás lo hagan y no sean tan maricas, sobre todo porque en aquello del “pensamiento colectivo” (si es que existe tal aberración) se les va la boca al cielo. Si van a salir ustedes a las calles a caminar enfundados en una misma playera, y uno se tiene que dirigir a ustedes por el mismo nombre, y toman ustedes todas las decisiones juntos porque se quieren mucho, y se ponen un nombre que los incluye a todos, y alegan dramáticamente que han dejado su individualismo de lado para hacer lo mejor para la mayoría, bueno, pues entonces el día en que alguien no esté de acuerdo con ustedes, o los insulte, o les eche una cubetada de agua, todos se la van a llevar pareja. No culpen a los demás, ustedes eligieron libremente ponerse en esa situación.

¿Se sienten tristes y desesperados? Pues lo merecen, lo merecen por pensar que la salida al sistema del que se están quejando es reiniciarlo, por gritar desesperadamente y todo el tiempo que están siendo violados para solo terminar pidiendo un cambio de posición o de escenario, por ser de hecho manipulados, mal informados, reaccionarios, violentos e intransigentes y salir a gritonear a la calle que no lo son y que los demás son unos imbéciles por creerles a los otros y no a ustedes. Al final, no es el que Peña Nieto mereciera ganar esta elección tanto como el que ustedes merecieran perderla, y no porque me caigan mal sus pataletas de quinceañero revolucionario(que lo hacen) sino porque a lo mejor ahora si se dan cuenta de algo, a lo mejor esta vez vuelven unos pasos atrás para recapitular y notan que una de sus premisas es errónea, y notan también que a partir de una premisa errónea no se puede garantizar una conclusión correcta.

O a lo mejor no, y nos vemos dentro de seis años: vayan preparando sus armas de elección: Cartulinas y plumones, camaradería y garganta lubricada (para gritar mucho, no se espanten) e información irrealmente arcaica acerca de cómo debería de ser el mundo, y la idea tatuada en la cabeza de que no nacieron para ser libres y necesitan un titiritero que los arme en filas y les diga hacia donde deben moverse, y peor: que todos tienen que acompañarlos en su búsqueda y encuentro por la esclavitud estatista (A la que llaman de tantas formas, excepto de la forma la correcta).

Y pues bueno, camaradas, bienvenidos (otra vez de nuevo) a la democracia, y de premio de consolación, un consejo gratis: Cuando uno quiere cambiar de dirección entonces pues… tiene que cambiar de dirección. “Duh” dicen ¿Eh? Pues “Duh” les digo yo a ustedes, que no se dan cuenta de las cosas ni aunque se les estrellen intermitentemente en la cara.



P.D. Yo no soy legión, ni soy 132, ni soy de los de abajo, pero si que también soy el pueblo: Yo también vivo aquí y aquí pago impuestos y aquí me toca joderme por las decisiones estúpidas que toma una mayoría incompetente (ustedes incluidos). Así es que ni voto, ni me callo, ni nada, y además hago y digo lo que yo quiero, porque aunque a veces tengan sentimientos encontrados al respecto, este sigue siendo, al menos en ese sentido, un país libre y yo digo exactamente lo que me viene en gana aunque no les guste ni poquito. Y carajo, no sé por qué le echo tantas ganas si ustedes ni van a leer esto ¡No, no, no! ¡No porque no lean! ¡Dios mío, NO! Sino porque ustedes solo leen prensa limpia y material de intelectuales probados. Y yo soy mafiosa y/o pendeja, y ustedes segurito ya me descubrieron.

miércoles, 20 de junio de 2012

Lógica para progresistas: antimonopolios.


Dicen los progresistas que la tendencia natural de los mercados libres es la formación de monopolios, que un monopolio no puede ser derribado mediante el poder del consumidor, y que debido a ello, necesitamos gobiernos que se encarguen mediante legislación y gente armada de mantener el mercado en un ambiente verdaderamente libre y competitivo.
Resulta muy curioso que al progresista le dé autentico pavor que una organización tenga el monopolio de los chicles, pero no tiene problema alguno en que otra organización ostente, ella sola, el monopolio de las leyes y la violencia, y ya que andamos en esto, chingue su madre, que tenga también el monopolio de la electricidad, el agua, el petroleo, la salud, la educación, el espacio aéreo, los ríos y mares...

En fin. Concedamosle al progresista que, realmente, el libre mercado tiende a formar monopolios, y sigamos su propia lógica a ver hasta dónde llegamos.

Para empezar, recordemos que todos los vicios propios de un monopolio surgen de la falta de competencia. Es en general aceptado, incluso por los progresistas, que la necesidad de no quedarse atras frente al competidor es un incentivo suficiente para que las compañias intenten ganar clientes, ya sea aumentando la calidad de sus productos (o servicios), ofreciendo productos (o servicios) más baratos, dando una mejor atención al cliente, y en general, satisfaciendo de la mejor manera posible las necesidades del consumidor. A falta de competencia, y dado que el consumidor que desea adquirir el producto no tiene más opciones que comprarle al monopolio, éste deja de interesarse por mejorar, lo que provoca tarde o temprano una reducción en la calidad y un aumento en el precio del producto.

Ahora, dado que el libre mercado tiende a formar monopolios, y estos actúan siempre en contra del consumidor, el progresista dice que es necesario que el gobierno se encargue de los monopolios. Recordemos ahora lo que es realmente un gobierno:

- El monopolio de la ley: La única manera de crear y modificar las leyes vigentes en un territorio es a través del gobierno. Éste dice lo que se puede hacer y lo que no, y no acepta competencia, en el sentido de que si la constitución te parece injusta, no hay nada que puedas hacer, más que intentar modificarla a traves del aparato estatal. Bajo el gobierno, no puede existir tal cosa como un "juez privado".

- El monopolio de la violencia: Legislar no tendría sentido si no pudiera hacerse cumplir la ley, y aquí es cuando entre el ejército y la policía. Si un particular mata a tu padre, tu no puedes hacerte justicia por tu propia mano y matar al padre del agresor, pues en ese caso serás considerado un asesino y te refundirán en la cárcel. Lo correcto es, dice el gobierno, que si un particular mata a tu padre, denuncies ante las instancias correspondientes y tengas paciencia, que la policía se encargará de castigar al agresor de acuerdo a las penas que especifica la legislación.

Una vez aclarado que el gobierno es, por definición, un doble monopolio, tomemosle la palabra al progresista. Dado que la justicia y la violencia son también servicios que espera el consumidor, y estos servicios están a manos de un monopolio, ¿no va a tener todos los vicios inherentes a este? Bien, realmente no hace falta decir mucho sobre esto, basta invitar al lector a que salga a la calle despues de la media noche para que compruebe lo bien que el gobierno ofrece seguridad a sus ciudadanos, y luego, basta con que sea víctima de un delito para que vea lo bien que el gobierno se encarga de castigar a los agresores. Para todos los fines prácticos, el gobierno se comporta como se comportaría cualquier monopolio de cualquier otro servicio.

Aquí es donde, a pesar de todas las pruebas en su contra, el progresista salta de su asiento y dice:

"Ah, pero a los gobiernos nosotros los mantenemos y votamos. Al monopolio de los chicles, tu en ningún momento lo votaste, ¿verdad? Ahí está la diferencia."


voto.
(Del lat. votum).
1. m. Expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción.


Cada vez que le compramos un chicle al monopolio, le estamos expresando nuestra preferencia. Recordemos que nadie nos está obligando a comprar chicles. Por más que digamos que el monopolio de los chicles no nos deja opciones, siempre tenemos al menos dos: comprar chicles, o no comprarlos. Si me están vendiendo chicles sabor a mierda, como consumidor puedo decir "pues que se jodan, no vuelvo a comprar chicles", y si una mayoría toma la misma acción, por más que los chicles tengan el monopolio, tendrán que mejorar o lo resentirán en sus finanzas. En resumen:una compra=un voto.

Pero no, de acuerdo a lo que dijeron los progresistas hace 10 minutos, el consumidor no tiene el poder de realizar tales cambios en el sistema mediante el voto. Y si no puede hacerlos en una empresa, donde el pago es de caracter voluntario, entonces mucho menos podrá hacerlos con su voto democrático a la hora de elegir gobierno. Se pone incluso peor que eso, porque es innegable que, si el monopolio de los chicles solamente ofreciera chicles sabor a mierda, no tardarían en surgir productores locales que vendieran chicles de buen sabor y a un costo menor, y el monopolio solamente podría intentar parar al competidor por medios no violentos. Para el monopolio de la violencia, en cambio, no hay competidor posible, pues el gobierno, al que no le suele importar si te mataron a un familiar, sí que se tomará en serio cualquier amenaza a su hegemonía, y actuará con violencia ante cualquier organización que intente brindar protección física por el precio adecuado. En resumen, el monopolio de la violencia, es por su propia naturaleza, un monopolio represivo, que tiene permitido usar métodos violentos para evitar la entrada de competencia. Y a ese monopolio, dicen los progresistas, sí que podemos controlarlo...

Claro que con los progresistas la lógica se puede ir al demonio, ya podrían vivir ellos 100 años bajo democracia sin que los gobiernos trabajen un solo día, y aún así, seguir aferrándose a la bonita idea de que nosotros somos los jefes, y tenemos el poder de cambiar un gobierno que no nos gusta... y si no lo cambiamos, es simplemente que no queremos. Seguro.

En resumen, hay solamente dos opciones:

- Si aceptamos que como consumidores tenemos el poder de tirar un monopolio y hacer que produzca para nosotros, entonces no necesitamos un gobierno que se encargue de ellos.

- Si por el contrario afirmamos que como consumidores no tenemos la capacidad de luchar contra un monopolio, entonces mucho menos podremos luchar contra un monopolio coercitivo, que toma nuestro dinero de manera obligatoria y usa la violencia cuando nos negamos a pagar por sus servicios.

Sea como sea, los gobiernos sobran. Y aquí es donde el progresista salta de nuevo de su asiento... pero ya no está muy seguro de qué decir.

viernes, 15 de junio de 2012

Derecho, Ley, Moral y Yo Soy 132.


Todos tenemos más o menos idea de lo que es derecho, ley y moral. Hablamos del derecho a la salud, el derecho al trabajo, el derecho a la seguridad, etc. A menudo usamos el término de manera tan irresponsable que olvidamos lo que verdaderamente representa tener un derecho. Y así hicimos un monton de leyes que nos garantizaran cada vez más derechos, incluso cuando algunos de los derechos entraban en abierta contradicción con otros. Aclaremos algunas cosas sobre dichos conceptos.

Derecho es aquello que permite al ser humano vivir como tal. Entre una manada de hienas no puede existir derecho, así como tampoco puede hacerlo entre un grupo de hombres salvajes sin lenguaje. Es el hombre racional el que le da significado a la palabra, y del mismo modo, es el derecho el que permite vivir al hombre racional, esto es, al ser humano. Existe un solo derecho que es natural al ser humano, por ser su causa y sustento: el derecho a la vida. Cualquier otro derecho debe ser un simple apéndice de éste.

La ley es la interpretación práctica del derecho, existe para garantizar su cumplimiento, nunca para condicionarlo ni contradecirlo. Robar es delito, porque atenta contra la vida, y atenta contra la vida porque un ser humano no puede vivir si no le es posible disponer de aquello que produce.

Ley no es necesariamente igual a Derecho. La ley te puede decir que tienes permitido tener un arma y asaltar a individuos desarmados para despojarlos de su propiedad, o que tienes permitido matar a tu mujer si te ha sido infiel, pero eso no quiere decir que tengas el derecho a hacerlo. Quien defiende la ley, pero no el derecho, no tardará en vivir y morir bajo la tiranía que él mismo ha creado. La tiranía es ley sin derecho.

Moral es la aceptación individual del derecho, es el reconocimiento de que hay un juez que nunca podrá ser engañado o sobornado: la conciencia. Es la convicción de que violar el derecho de los demás es tan aberrante como violar el propio.

Por la propia naturaleza del derecho, éste es irrevocable, no puede serle arrebatado a nadie que no lo haya violentado antes. De este modo, la violencia física solo es permisible cuando es en respuesta a quien intenta atacar el derecho de terceros. Iniciar la violencia física va contra el derecho a la vida, y quien lo hace es un criminal, sin importar cuan justa y noble sea su causa.

La amenaza de la violencia es también una violación al derecho natural, pues un ser humano no puede vivir a menos que tenga la capacidad de tomar libremente las decisiones que él mismo considera más acertadas para mantener y mejorar su vida. Obtener algo de una persona mediante la amenaza de violencia física, es exactamente igual que obtenerlo mediante la violencia física sin más: quien apunta un arma es un violento y un criminal, jale o no el gatillo.

Pero tener derecho a la vida no quiere decir que los demás tienen que salvarte, simplemente que nadie puede iniciar contra ti la violencia. Si decidiste (o tuviste la mala suerte de) tirarte de un tercer piso y quedas gravemente herido, nadie está obligado a rescatarte. La mayor protección que puedes tener contra agresores es vivir en una isla desierta, pero en una isla desierta no habrá nadie para rescatarte de tus propias decisiones o incluso de la mala suerte.

Si aceptamos que todos tienen derecho a su vida, y que amenazar o iniciar la violencia para apoderarse de la propiedad de otros es una acción criminal venga de quien venga, entonces la institución del impuesto (bienes que se deben ceder obligatoriamente al gobierno) es criminal. El derecho natural no hace excepciones, ni excusa a ciertos rufianes solo porque se autoproclaman defensores del ciudadano. Si el derecho a la vida es natural, entonces los gobiernos, que se basan en limitar y violentar constantemente dicho derecho, son simplemente antinaturales y criminales.

Ahora miremos a nuestros amigos del movimiento Yo Soy 132, en abierta campaña por apoderarse del monopolio de la violencia, que como ya dijimos, solo sirve para limitar y violentar el derecho a la vida. Esos jóvenes, que se dicen informados jamás manipulados, no tienen problema alguno en apuntarte con un arma, siempre que lo hagan por métodos legales, esto es, obteniendo el arma democraticamente. Defensores de la ley, pero no del derecho, no van a tardar en tener lo que realmente estaban buscando. Y es que cuando el ser humano abandona el derecho natural, abandona también su humanidad, y debe regresar a los métodos de los animales. Y cuando volvemos a los métodos de los animales, no es el ser más razonable el que gana, ni el más virtuoso, ni el más honesto, ni siquiera el que tiene el mayor número se seguidores, sino el más corrupto, violento y tramposo.

Ahora harán una pataleta porque el sistema corrupto del que querían apoderarse, resultó que fue tomado por gente más corrupta que ellos. ¿De verdad tienen derecho a indignarse? No. Recordemos que entre animales no existen los derechos. ¿Querían saber por qué el mundo avanza tan rápidamente hacia el salvajismo? Pues ahí lo tienen, siéntanse orgullosos.

martes, 12 de junio de 2012

Leviathán.



"¿Puedes tú sacar al Leviathán con un anzuelo, o sujetar con una soga su lengua? ¿Puedes ponerle un junco en las narices, o taladrar con una espina sus quijadas? ¿Te hará él muchas súplicas, o te dirá palabras blandas? ¿Celebrará un pacto contigo,  para que lo tomes por esclavo hasta tiempo indefinido? ¿Jugarás con él como con un pájaro, o lo atarás para tus niñas? ¿Harán banquete de él los compañeros? 
¿Lo dividirán entre comerciantes?  ¿Llenarás tú de arpones su piel,   o de dardos de pesca su cabeza?"

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Esta era una isla desierta en la que se estrelló un avión. Hubieron 200 sobrevivientes, y lo único que lograron rescatar del accidente fue una escopeta con muchos cartuchos. Y después de un tiempo de sangrientas peleas por controlar el arma, llegaron todos a un acuerdo: Cada año, los 200 se organizarían en grupos y participarían en un ejercicio de mayorías que diría quien tomaría la escopeta para dar ordenes al resto, mientras que los demás se dedicarían a recoger recursos y disponer de su propiedad, siempre que el de la escopeta lo permitiera. Y los ecologistas buscaban hacerse con la escopeta para obligar a sus hermanos a dejar de talar arboles, y los que eran economistas buscaban controlarla para obligar a todos a guardar víveres para la temporada de ciclones. Otros solo la querían para tener alcohol y orgías desenfrenadas, o para hacer que todos oraran y dieran gracias al señor por los alimentos recibidos. Y a la posesión anual de la escopeta, lo llamaron gobierno.

Y cada grupo creía que sus prioridades eran las únicas y verdaderas, de modo que cuando ganaban los ecologistas, jodían a los taladores, y cuando ganaban los taladores, jodían a los ecologistas. Y llegado el momento de elegir quien haría uso de la escopeta, los ecologistas decían que los taladores eran unos asesinos y gritaban "¡NI UN ÁRBOL TALADO MÁS!", mientras que los taladores decían que los ecologistas eran enemigos del progreso y gritaban "¡PONGANSE A TRABAJAR, MAMONES!". Se gritaban y empujaban, terminando muchas veces en golpes e incluso muertes que el gobierno de la escopeta en turno tenía que detener a balazos. Y lo llamaron campaña política.

Y no contentos con tener la escopeta y dar ordenes, a alguien se le ocurrió que, como apuntar y disparar era un trabajo agotador que no dejaba tiempo para nada más, el resto tendría que poner parte de su producción para alimentar al grupo con el poder de cada año, y como muchos no estarían de acuerdo en la manera como se usarían estos bienes arrebatados, lo mejor era hacer su pago obligatorio, y disparar o encerrar a los que se negaran a pagar semejantes despropósitos. Y lo llamaron impuestos.

Y hubo quien, en medio de una campaña política, se levantó e intentó hacer ver a sus hermanos lo que estaban haciendo. Entonces todos dejaron de golpearse y pararon un momento para explicarle a ese pobre diablo confundido que esa era la naturaleza humana, que la única manera de tratarse entre hermanos era apuntando uno al otro, porque el hombre es por naturaleza malvado, y necesita controles para no ponerse a robar, violar, y perecer entre ruinas. Y que si no estaba de acuerdo, era libre de pelear y gritar con los demás por el control de la escopeta para cambiar las cosas. Acto seguido dejaron de pelarlo y se siguieron madreando.

Y tras un tiempo ya era solo el grupo más mafioso, el mejor organizado, el que cada año obtenía el control de la escopeta, y lo usaba para enriquecerse y dar dádivas cuando los demás pobladores se mostraban demasiado inconformes. Y los pobladores entendieron que la única manera de usar el arma era unirse a alguna de las mafias y hacer campaña junto con ellas, para poder implementar en la isla las disposiciones que ellos consideraban justas. Y hubieron noches en que algunos de esos hombres, viendo en lo que se había convirtiendo su sociedad, tomaron una balsa para, en medio de la oscuridad, perderse en el mar, y no volver jamás. Y fueron llamados apátridas, egoístas y traidores.

Y los que se quedaron se dijeron civilizados, porque habían encontrado una manera de darle a todos la "oportunidad" de apuntar con la escopeta a sus enemigos, si juntaban los votos suficientes. En su infinita sabiduría, a la mayoría nunca se le ocurrió que lo mejor sería lanzar esa escopeta al mar y dejar que se hundiera y oxidara junto con el avión que los trajo a la isla, a nadie se le ocurrió que quizá el ser humano tenía la capacidad de resolver sus problemas bajo la premisa fundamental de que no había cañon en el mundo que pudiera darle a nadie el derecho a disponer de la vida y las propiedades de otros.

Y a ese sistema de animales explotando a animales, lo llamaron democracia, y celebraron que por fin el hombre había dejado de ser el lobo del hombre, y que todos eran hermanos. Y en medio de esa hermandad y amor al prójimo, ellos, que nunca aprendieron a distinguir la diferencia entre libertad y esclavitud, ni entre robo y comercio, ni entre ley y derecho, ni entre hombre y animal, fueron uno a uno pereciendo entre las ruinas. Y el último de ellos sostuvo la escopeta y, en un último acto de rebelión contra la existencia, hizo un disparo al sol, y maldijo al ser humano por su incapacidad para vivir en sociedad.

Tras caer muerto el último de ellos, aquella sociedad de caníbales y parásitos tuvo por fin la libertad que merecía: la libertad del sepulcro. El mar empezó a hervir, del cañón de esa escopeta salió el Leviathan, y dejando atrás las ruinas y cadáveres, se arrastró de vuelta al mar.