domingo, 29 de abril de 2012

Sobre la Moral (parte II): Matemáticas y Moral.


En esta entrada continuaremos la disertación epistemologica que dejamos pendiente (sí, ya sé que suena bastante mamón, pero se supone que éste es un blog para la gente inteligente, jo). El propósito final de estas entradas será "depurar" nuestros sistemas morales, reconstruirlos desde la base de manera ordenada y de este modo llegar a un sistema, o sistemas morales, que sean adecuados para la vida. En la entrada anterior hablamos sobre la necesidad de hacer dicha depuración, en esta entrada, y las posteriores, veremos como realizarla, empezando por entender la base que fundamenta todo sistema moral: los axiomas.

Al responder cuestiones morales a menudo obviamos el hecho de que la moral no existe por sí sola. Para poder hablar de lo que es bueno o malo, primero debemos preguntarnos ¿bueno o malo para qué, o para quien? Toda decisión viene siempre determinada por un propósito. Una vez que lo tenemos, la mejor decisión resultará clara, o al menos más clara que si no supiéramos lo que queremos. La moral está entonces ligada a ellos, y si cambian los propósitos, cambia la moral.

Pero los propósitos que tenemos en el día a día no son independientes unos de otros, siempre habrá algunos que serán consecuencia de otros más básicos. Levantarse del ordenador es un propósito, pero es motivado por el propósito de ir al refrigerador, que es a su vez motivado por el propósito de comer, que es a su vez motivado por otro propósito. ¿Cada uno de los propósitos que tenemos es consecuencia de otro más fundamental? no, porque en ese caso entraríamos en una cola infinita de propósitos precedidos por otros. Cada ser humano debe tener uno o varios propósitos fundamentales, en el sentido de que no pueden ser justificados por otros más básicos. Dichos propósitos fundamentales juegan el mismo papel que los axiomas en la matemática.

La matemática se basa en axiomas. Estos se pueden elegir libremente (bueno, casi libremente, y de eso hablaremos en la siguiente entrada) y el cambiar los axiomas nos llevará a estructuras radicalmente distintas. El ejemplo más bello e instructivo de este hecho se puede ver en las diferentes geometrías (que surgen al modificar uno solo de los axiomas de euclides): la geometria euclidiana (cuyos axiomas la hacen útil para explicar la geometría del mundo a una escala local, es decir, como si vivieramos sobre un plano), la hiperbólica (cuyos axiomas la hacen útil para explicar la geometría del universo y de hecho fue usada en la Teoría de la Relatividad de Einstein) y la riemanniana (cuyos axiomas la hacen útil para explicar fenómenos a nivel planeta, es decir, sobre una esfera, más que sobre un plano).

Los axiomas son casi arbitrarios, pero una vez elegidos, no hay más lugar para la arbitrariedad en la matemática. Cada nuevo teorema tiene que ser una consecuencia lógica de los axiomas o de otros teoremas previamente demostrados. Una demostración no puede ser resultado de una votación democrática, y mucho menos puede depender de la arbitrariedad de otro matemático. Y dado que la lógica nos lleva por un único camino dadas las premisas, es imposible que un teorema sea considerado válido por un matemático y erroneo por otro (cuando esto pasa, se debe simplemente a que uno de los dos no ha seguido un razonamiento correcto). Ante un teorema solo hay dos opciones en la matemática: acuerdo general, si esta bien demostrado, o rechazo general, si no esta bien demostrado (o si no se ofrece demostración alguna). No pasa que la mitad de los matemáticos lo consideren válido, y la otra mitad no. Y es gracias a este modo de proceder que se puede avanzar tanto en la matemática y obtener resultados tan confiables. La civilización creció gracias a la matemática.

¿Ya empieza a notar el lector a donde va esto? Si en la matemática el uso de axiomas y ampliación lógica del conocimiento ofrece tan buenos resultados, quizá en la moral también funcionaría. Después de todo, ¿no podríamos considerar a los "propósitos fundamentales" como nuestros axiomas, y crear un sistema moral a partir de ellos? Por otro lado, si queremos llegar un poquito lejos, nuestros propósitos fundamentales no pueden ser contradictorios, y por lo tanto ya no tendríamos más contradicciones en nuestras conclusiones morales (problema común en la mayoría de las personas y del que hablaremos más adelante, por ser determinante en la vida de todo ser humano).

¿Está mal el sexo voluntario con extraterrestres? La respuesta dependerá de los propósitos fundamentales de cada quien. Pongamos por ejemplo que mi propósito fundamental es disfrutar la vida, en tanto no dañe físicamente a nadie más. En ese caso, el sexo voluntario con extraterrestres está bien, en tanto me parezca atractiva la extraterrestre. Por otro lado, si mi propósito fundamental es vivir de acuerdo a los preceptos cristianos, que consideran el sexo aceptable solamente si se hace con la esposa, entonces tener sexo con una extraterrestre es la cosa más reprobable que puede haber, por más sensual que esta sea.

"¡Pero sigue habiendo arbitrariedad, y peor, porque ahora la llevaste a un nivel aún más fundamental!" Cierto que sigue habiendo arbitrariedad, pero no peor, porque ahora no estamos tan mal que como cuando empezamos. Ante una pregunta moral, al menos ya no vamos a responder "¿y como voy a saber eso?", pues tendremos las herramientas para poder dar una respuesta al problema. Por otro lado, realmente nadie podría afirmar que la matemática es "arbitraria", por más que los axiomas que la fundamentan sean elegidos por el matemático de acuerdo a la estructura que necesita.

De modo que una vez eliminada la incertidumbre, el siguiente paso es quitar toda la arbitrariedad posible a nuestros axiomas morales. A estas alturas, un sistema moral puede ser tan arbitrario como para considerar el robo algo "bueno" (y de hecho, hay sistemas morales que lo hacen), de modo que daremos un paso más y examinaremos con más detalles nuestros axiomas. Dichos axiomas ¿de verdad se pueden elegir de manera totalmente arbitraria, o existen ciertos requisitos mínimos que deben cumplir? ¿y qué consecuencias tendrán esas nuevas restricciones sobre los sistemas morales resultantes? Sobre eso hablaremos en la siguiente entrada.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario