viernes, 27 de julio de 2012

Las tres fuentes del derecho (Parte III): La naturaleza del hombre.


En la entrada anterior hablamos del Derecho Natural, aquel que el ser humano debe respetar si quiere vivir de acuerdo a su naturaleza.

Volvamos a hacer incapie en el concepto de "naturaleza humana". De toda la teoría del Derecho Natural, este es el concepto más polémico, y el principal argumento en contra de éste, pues existen opiniones fundamentalmente distintas de lo que es. ¿El ser humano es en su esencia racional o irracional? ¿es solitario o es social? ¿pacífico o violento? ¿productor o destructor?

Dios del cabo artemisio,
escultura griega en bronce.
Pero seamos claros: que exista desacuerdo sobre cuál es la naturaleza del Hombre, no quiere decir que ésta no exista. El Hombre tiene una naturaleza, y si aún no la conocemos, es nuestro deber encontrarla. Que no conociéramos las leyes que rigen la atracción de los cuerpos no impidió que las buscáramos mediante teoría y experimentos, y que fuéramos encontrándolas poco a poco. Pero incluso hoy, no tenemos todas las respuestas en la física, ¿es esto motivo para dejar de buscarlas? ¿es motivo para abandonar la ciencia y regresar al misticismo de la religión? La naturaleza del Hombre será la base axiomática de nuestra teoría. Una vez que esta quede determinada, las leyes del Hombre (Leyes Naturales) serán únicas. Ahora bien, ¿cual es la opinión general de los iusnaturalistas (los defensores del derecho natural) acerca de la naturaleza del ser humano?

¿Es racional o irracional? RACIONAL. El ser humano vive gracias a su mente. La naturaleza no le dio al Hombre garras, ni una visión notable, ni una piel gruesa, ni velocidad, ni buen oido u olfato, ni fuerza. Somos la especie más exitosa del planeta, y sin embargo, puestos desnudos en una competencia contra prácticamente cualquier otro depredador, nos veríamos indefensos, siendo que el hombre es también un depredador. No, el ser humano no goza de esas adaptaciones, y tampoco las necesita, porque tiene su mente. Es la mente la adaptación natural que el ser humano usa para sobrevivir (no es la única, desde luego, pero es la principal). El ser humano debe pensar, porque no puede atrapar a una gacela a base de velocidad, fuerza bruta o cualquier otra adaptación. Pero notemos que una mente irracional no sobreviviría por sí sola. Un ser humano que piense que la presa va a llegar directo a su hoguera, o que el león que se dirige hacia él cambiará de dirección en el último momento, no vivirá mucho tiempo. Para sobrevivir, no solo debemos usar todo el poder de nuestra mente, sino que debemos canalizarlo para usarlo de manera racional y creativa. La naturaleza impone métodos, las cosas no se hacen por capricho. Luego, el ser humano tiene que ser racional, esa es su naturaleza.

¿Es solitario o es social? SOCIAL. Este es, probablemente, el punto menos polémico. Nadie negaría que el ser humano siempre buscará la compañía de sus hermanos. Vivir en sociedad hace infinitamente más fácil la vida al hombre, la naturaleza prácticamente le impone la obligación de asociarse con sus semejantes. Desde luego, que no es un requisito indispensable mantenerse como parte de un grupo (como sí lo es, por ejemplo, para las hormigas), pero que seamos capaces de sobrevivir solos no quiere decir que esto sea lo que queramos.

¿Pacífico o violento? PACÍFICO. Pareciera una necedad decir tal cosa viendo la historia de la humanidad, una historia llena de sangre. Pero el peso de toda esa sangre no debe ser arrastrado por el Hombre, sino por los gobiernos. Prácticamente todas las guerras, muertes y genocidios de la historia han sido obra de los gobiernos, no del Hombre, y si bien es cierto que gobierno, sociedad y ser humano son cosas estrechamente ligadas, cada una puede tener causas y efectos esencialmente distintos. ¿El gobierno elige a la gente violenta para entrar al ejército? ¿o es más bien que vuelve violentos a sus soldados? Esos jovenes que un día salen en las noticias asesinando mujeres y niños en Irak eran gente normal (como lo demuestra el simple hecho de que pasaran unas mínimas pruebas psicológicas para ingresar al ejercito), era gente que estudió contigo y que te acompañó a beber una cerveza. No estaba en sus genes ser un asesino.

Esto tiene que quedar claro: el ser humano no nace violento, se vuelve violento por culpa de su entorno. Si fuera violento con sus congéneres por naturaleza, entonces simplemente no sería un animal social. Pensemos en los tigres, que solo se juntan para aparearse, y que cuando dos machos se encuentran hay una pelea inmediata (o la huida de alguno de los dos). El hombre no es así, si fuera así, jamás habría podido formarse en sociedades. En algún punto de la historia algo lo hizo un ser sediento de sangre. Podemos enseñar a un tigre a base de castigos a ignorar sus instintos y hacerlo saltar a traves de un aro en llamas, pero esa no es su naturaleza. El tigre nunca va a ser feliz haciendo eso, y del mismo modo, obligar a un ser humano a matar gente va contra su propia naturaleza. Por eso los veteranos de guerra terminan volviéndose depresivos, dependientes de medicamentos, ejerciendo la violencia contra la gente que quiere (gente a la que antes de marcharse a la guerra nunca había hecho daño) o de plano suicidándose.

¿Productor o destructor? PRODUCTOR. Esto está directamente relacionado con la pregunta anterior. Desde luego que se podría decir que el hombre destruye su entorno natural, que tala los bosques y contamina los rios, pero notemos que esto no lo hace por capricho. No abre agujeros en la tierra para extraer oro y a continuación tirar todo el oro al mar, no obtiene placer en destruir solamente por destruir, porque a fin de cuentas, ¿que ventajas podría darle eso en la naturaleza? El hombre solo puede tener éxito como especie en tanto produzca y transforme, por el simple hecho de que no puede sobrevivir desnudo. Ya dijimos que no tenemos otra arma en la naturaleza más que nuestra mente, pero esta, encerrada en sí misma, no serviría de nada. La mente nos es útil en tanto nos permita interactuar con la naturaleza y transformar lo que hay a nuestro alrededor, en tanto nos permita convertir ese palo en una estaca para ayudarnos a pescar, en tanto nos permita destruir ese tronco incendiándolo, para brindarnos calor durante la noche. Precisamente porque no puede sobrevivir desnudo y sin herramientas, el hombre debe producirlas. En eso consiste su naturaleza productora.

En resumen, el ser humano es de naturaleza racional, social, pacífica, y productora. Insisto en que esto no es necesariamente una verdad absoluta. Hoy más que nunca debemos descubrir cual es la naturaleza del Hombre, y en mi caso (y en general en la mayoría de los iusnaturalistas) la lógica me ha llevado a esas conclusiones, pero se invita a quien no esté de acuerdo con alguno de estos puntos a dar las justificaciones lógicas que considere apropiadas. Solo una advertencia: No podemos decir que el ser humano es irracional porque solo vemos gente irracional a nuestro alrededor. No se puede decir que la naturaleza del perro es sacar espuma por la boca y atacar salvajemente a otros animales cuando el perro en cuestión está infectado por la rabia. El perro que muere de rabia no es precisamente un buen ejemplar para estudiar la naturaleza del animal. Del mismo modo, una sociedad sumida en la miseria, la violencia y la autodestrucción no puede usarse para estudiar la naturaleza del ser humano. Los iusnaturalistas afirmamos que nuestro mundo se derrumba precisamente porque hemos tomado un camino que va contra nuestra naturaleza.

Pensemos de nuevo en el tigre del circo: ¿afirmaríamos que su naturaleza es vivir encerrado y amar el fuego y el ruido porque lo vemos encerrado en una jaula y haciendo espectáculos? ¡NO! El tigre solo puede ser feliz viviendo de acuerdo a su naturaleza, y del mismo modo, el hombre sólo puede ser feliz viviendo como debe vivir. Miremos a la sociedad actual. Tú, que tienes computadora y acceso a internet, probablemente puedas jactarte de que, en general, eres feliz, ¿pero cuantas personas son tan afortunadas como nosotros? ¿cuantas personas mueren a diario de hambre, o bajo el azote de las enfermedades? Incluso entre los que somos afortunados de tener salud, qué comer y dónde dormir, es común ver apatía, tristeza y depresión a nuestro alrededor. Una sociedad donde más de la mitad de sus individuos viven infelices no puede ser una sociedad "natural". Como el perro con rabia, algo ha infectado a nuestra sociedad, y el resultado es que la mayoría de sus individuos son infelices. Son infelices, precisamente porque están viviendo de acuerdo a unas reglas que van en contra de su propia naturaleza. ¿Pero como vamos a ayudarlas, si no conocemos esas reglas? Esa es nuestra intención, eso es lo que los iusnaturalistas afirmamos: que el ser humano podrá vivir feliz cuando se rija de acuerdo a lo que es, no a lo que podría o debería ser. Que la única manera de eliminar el sufrimiento es vivir de acuerdo a nuestra propia naturaleza, de acuerdo a las leyes naturales, y no a leyes artificiales inventadas por individuos arbitrarios.

Y esa es la pregunta final: ¿cuales son las leyes acordes con nuestra naturaleza racional, productora, pacífica y social? Esa es la ley inmutable y eterna de la que hablaba Cicerón, y si no la recuerda, finalizo este post repitiéndola. Quizá ahora tenga más sentido que la primera vez:

"Existe una ley verdadera, de acuerdo con la naturaleza, conocida por todos, constante y sempiterna. A esta ley no es lícito agregarle ni derogarle nada, ni tampoco eliminarla por completo. No podemos disolverla por medio del Senado o del pueblo. Tampoco hay que buscar otro comentador o intérprete de ella. No existe una ley en Roma y otra en Atenas, una ahora y otra en el porvenir; sino una misma ley, eterna e inmutable, sujeta a toda la humanidad en todo tiempo...”

Continuará...

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